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Un número nunca se presenta solo, Ariel Lijo, la Casta, y otras yerbas

  • Foto del escritor: Emiliano Damonte
    Emiliano Damonte
  • 22 mar 2024
  • 4 Min. de lectura

Poner el 13,2% en perspectiva ante la caída de la actividad, las reformas que avanzan con dificultad; recordemos que este quilombo no surge de un zapallo, Alberto, Cris, Sergio Tomás y todo el Tren Fantasma; El Juez Lijo, una elección lejos del discurso “anticasta” que proclama el Presidente; gradualismo y politización, primeras evidencias de la alianza de LLA con el PRO



El Juez Federal Ariel Lijo
El Juez Federal Ariel Lijo


La importancia de la perspectiva en los números

Tras festejar una inflación de alrededor del 13% se generó un moderado optimismo, sobre todo en los bolsillos. Es que después de dos meses despiadados nos gustaría sentir la desaceleración de la inflación, que va estrechamente de la mano de la desaceleración de la economía. Pietro Rosica, uno de los maestros que me dio la vida, me enseñó durante mis años de programación de producción industrial que un número nunca se presenta solo, y me enseñó que la elección de los números a combinar está directamente relacionada con el mensaje que se busca dar (con el relato). “Usted me quiere cagar, me viene a contar un cuentito”, solía decirme cuando mi elección no lo dejaba conforme.


De acuerdo a un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en enero las pymes registraron una merma del 30% en la facturación y fue el segundo mes consecutivo en que la actividad fabril mostró un retroceso. La situación no mejoró en febrero ya que las ventas minoristas del sector se retrajeron 25,5% y acumularon un declive del 27% en el primer bimestre de 2024, frente al mismo periodo del año pasado.

Y son estos los números contra los cuales uno podría leer el 13,2% que marcó la inflación de febrero, no para pincharle el globo a nadie, pero sí para contextualizar, para entender mejor qué es lo que está pasando, sobre todo en los bolsillos las vidas diarias de los argentinos, sin caer en los meandros de la macroeconomía cuyos mecanismos solo conocemos por fe.


Lo que nos indican los números de la inflación cruzados con los de algunas categorías de actividad, es que acá no hay magia. Acá hay un enfriamiento que se ve y se siente a simple vista.

¡Si, es cierto, lo sabemos, Milei nos avisó que esto iba a pasar diez minutos después de ponerse la banda! Pero es importante no dejar de verlo y entender que el optimismo, no puede más que ser muy moderado.


No olvidar el tren fantasma

¡Si! También es cierto que no hay que olvidarse de Alberto Fernández, hoy muy activo a raíz de su afición, probablemente non-sancta, por los seguros (un rezago noventoso de su paso por la Superintendencia de Seguros de la Nación?); de Sergio Tomás Massa y sus dólares diferenciales, de su amor por la impresora, de su cinismo, de su Señora; no olvidarnos de Cristina, que armó todo ese berenjenal y después se paró de la vereda enfrente con cara de espanto, tampoco de su hijo; no olvidarse de los Moyano y su industria del apriete; por suerte Pérsico sigue en agenda y muy vigente. Digo, no olvidarlos para entender cómo llegamos hasta acá. Que este quilombo no surgió de un zapallo.


Gradualismo incipiente

Ley ómnibus, DNU, comisiones parlamentarias, idas y vueltas de una reforma que por el momento no se ha verificado, si bien es cierto que el DNU sigue vigente. Pacto de mayo, nueva Ley de Bases mucho menos abarcativa, y la sensación de que Milei va entrando en un gradualismo que es el que le está marcando la coyuntura, y que nobleza obliga, es el que le permite ese 13,2% de febrero y el superávit fiscal obtenido. Posterga un par de aumentos de tarifas reguladas y los bolsillos respiran, porque sino marzo se iba a poner salado.


Castómetro

Javo se va viendo obligado a hacer política más allá de los postulados anticasta, y uno lo entiende, era esperable, incluso necesario. En el Congreso se había hecho imprescindible un cambio de actitud y se celebra,  puede tomarse como un indicador de inteligencia. Hasta que aparece la propuesta del Juez Lijo para la Corte Suprema de Justicia de la Nación y  explota el “castómetro”.


No por emitir un juicio de idoneidad, pero si hay un representante de lo que Javier Milei nos ha enseñado a reconocer como “casta”, ese es el juez Lijo. Esto no es un juicio de idoneidad, repito, no pretendo sugerir que Lijo no deba ocupar el cargo, hay gente que entiende mucho mejor que yo el tema. Pero a simple vista llama la atención una elección tan innegablemente a favor de lo que Milei llama “la Casta”. Lijo es un reconocido operador judicial de muchos y diversos sectores de la política. Solo eso, llama la atención.


Cambio de clima

Llama la atención su giro gradualista y su politización, aunque en definitiva es lo que se esperaba que sucediera. No iba a ser posible ir adelante a las patadas, a golpes de DNU, insultos y proclamas anarco-capitalistas.

Se celebra el avance de algunas causas resonantes de corrupción y las nuevas denuncias de Pettovello que ventilan el aire y despejan sospechas de oscuros pactos.

Es posible que nos encontremos frente a un cambio de clima, lo que no implica un cambio inmediato en el relato. Hay evidencias de un Milei mucho más político, y empieza a notarse su sociedad con el PRO, y esto sin lugar a dudas modificará la identidad de ambas facciones y las relaciones de poder en todo el escenario político.


Habrá que seguir atentos a lo que es posible narrar sin caer en la ciénaga del análisis detallado, en los meandros de la macroeconomía, o en la supersticiosa búsqueda de “la verdad”. Mientras tanto, a fondo con las ofertas, siempre  en pesos con tarjeta, o en cuotas a tasa cero donde sea posible; medios públicos a full para el transporte, en todo caso prender el auto una vez por semana unos minutos para que no se joda el motor y circulen los costosos fluidos; en lo personal mucha paciencia, empatía y generosidad con propios y ajenos, mente afilada y pensamiento crítico, les recomienda y augura El Aguijón        


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