En un ballotage que se definió muy rápido, Javier Milei le sacó a Sergio Massa más de 11 puntos de ventaja y a las 7 de la tarde ya tenía definida una elección que se había previsto como muy apretada; el fuerte contenido “anti Massa” de la elección queda evidenciado por el casi empate en la Provincia de de Buenos Aires; un poco de “que se vayan todos”, falta de ideas, corrupción, una gestión mediocre al frente de Economía, inflación, mentiras y cinismo fueron demasiado para Sergio Massa que colapsó en sus propias inconsistencias; Milei es una incógnita y la tiene difícil, un personaje que hoy enfrenta el desafío de construir algo diferente porque con lo hecho hasta ahora, no le alcanza.
Un desafió fuera del alcance de Massa
Cuatro años de desmanejo y desatinos del Frente de Todos y peleas internas que le costaron al país sangre, sudor y lágrimas no fueron gratis. El desafío para Massa ya aparecía demasiado grande cuando asumió hace más de un año como Ministro; su muy mala gestión nunca pudo estabilizar una economía que se debatía en el infierno de asimetrías y desacoples en las que el populismo electoral la había sumido irremediablemente.
Pocas ideas
La única receta de Sergio Massa fue imprimir y adelantar importaciones de complejos agroexportadores ahorcados por la brecha cambiaria y la imposibilidad de comprar dólares. No hubo medidas estructurales, solo un populismo descarado y desnaturalizado por la apariencia de socialdemócrata del Superministro. Los planes platita se sucedieron sin solución de continuidad de 2020 en adelante, los IFE necesarios e insuficientes en su momento, se volvieron una insana costumbre que parecía no tener consecuencias haciendo reventar la calle de pesos (circulante) y aumentando su velocidad a cada paso. Llegamos a las elecciones con dos dígitos de inflación y con un acumulado que hoy ronda el 150% anual, con todos los complejos productivos virtualmente paralizados (salvo el agroindustrial) y sin poder aportarle a esa monumental mole de emisión una base física que la justifique. Un dato para recordar: todos los “planes platita” de los últimos tres años terminaron en derrotas electorales del Peronismo / Kirchnerismo. Demasiado.
Extorsión como mecanísmo
Estos dólares diferenciales, son devaluaciones temporales y limitadas. La pérdida de competitividad reduce el interés del exportador inicialmente, pero finalmente termina matándolo. El campo exporta al oficial, hoy separado del blue por un resonante 150%. Ante ese panorama, el productor, solo liquidaba aquello que se veía obligado a exportar, esperando condiciones más favorables y evitando financiar a un Gobierno que lo estaba estrangulando. Massa, le ofreció inicialmente al complejo más fuerte un dólar diferencial un poco más alto, una bocanada de oxígeno. Resalto que lo hacía con el complejo más potente porque eso habla a las claras de quién es Sergio Massa. Los grandes sojeros, aunque apretados, tenían y tienen espalda para bancar la brecha que en cambio, a los pequeños y medianos productores, los estaba matando. El tema era que en el caso complejos como el arandanero por citar un ejemplo, no había piedad, simplemente porque el volúmen exportado era insignificante y no le servía a Massa para cubrir sus necesidades de dólares. De estos más débiles se acordó solo adelante en el tiempo, cuando necesitó rascar el fondo del tarro con el agua ya al cuello. Demasiado
Pandemia nunca olvidada
Por algún sabio consejo de algún asesor, la pandemia desapareció de la campaña. No había que hablar del tema. De hecho, ni siquiera Horacio Rodríguez Larreta, que hizo una gestión percibida por todos como exitosa de la contingencia, usó ese argumento como caballito de batalla a favor suyo o en contra de sus rivales. Sin embargo pensar que la gente se olvidó de los miles de muertos, de la fiesta de Olivos, del tono amenazante de Alberto Fernández, de las miles de PyMEs fundidas, de las crueles arbitrariedades que hicieron que tantos se fueran en soledad, del dolor del padre de Solange, de las escuelas cerradas dos años en la Provincia de Buenos Aires, de la “suelta de presos”, fue un error de cálculo severo.
Corrupción y construcción social
La sucesión ininterrumpida de funcionarios de los gobiernos kirchneristas que terminaron condenados, en muchos casos habiendo cumplido penas efectivas, la Tragedia de Once, los bolsos de López, la maquinita de hacer dinero de Boudou y Ciccone. la Causa Los Sauces/ Hotesur, la contundente Causa Vialidad con sus miles de fojas que prueban un sistema de extracción de las arcas del Estado obsceno y descarado, el asesinato del Fiscal Alberto Nisman, no fueron olvidados y no fueron gratuitos. La gente, todos, propios y ajenos, construyó en estos años la imagen de una clase política que esconde siempre algo. “Robos, homicidios y delitos de todo tipo, podrían estar ahí atrás, sin que nos demos cuenta, los políticos siempre nos ocultan algo”. En esta bolsa cayeron más o menos todos, se salvan solo excepciones. El “todos roban, todos nos mienten” se instaló en la visión de la gente y hoy ni siquiera los kirchneristas más radicalizados creen que durante los gobiernos de los kirchner no se robó a nivel industrial. Demasiado.
Oposición fallida
Juntos por el Cambio se perdió en luchas internas y forzó a toda costa una unidad en los papeles que en el campo se iba volviendo insostenible. Los platos rotos los pagaron todos, y la principal coalición opositora no logró mostrarse como una opción válida contra el que sin dudas fue el peor gobierno argentino de 1983 en adelante. Pero este punto será parte de un análisis posterior, porque en sí constituye uno de los pilares sobre el que Javier Milei construyó su ascenso a la Presidencia de la Nación.
Una cuestión de formas y fondos
No creo que hayan sido las propuestas de Milei las que generaron la inercia que lo llevó a la Presidencia, sino sus modos. Si, aunque parezca mentira, sus modos. La percepción del “todos roban, todos nos mienten”, fuertemente instalada en la sociedad, funciona las 24 hs del dia. “Los políticos nos roban” y “Milei, no es un político” se juntaron, hicieron match. El debate presidencial previo al ballotage reforzó esa idea. El político profesional dominó el debate, por momentos de manera casi humillante para Milei; Massa lo atropelló, se lo llevó puesto, impuso los temas y dijo e hizo decir lo que se le cantó. No advirtió que estaba reforzando su imagen de “político” = “mentiroso y ladrón” (en la cabeza de lagente) y dejando afuera a Milei de esa categoría. Las formas muchas veces desagradables de Milei, fueron siempre espontáneas. “No puede controlarlo, se le nota” fue leído como “no sabe mentir”, y esto, en un país harto de mentiras, terminó siendo una de las palancas principales que llevaron a Javier Mieli a la Casa Rosada. El resto lo hicieron la fragmentación del peronismo (a Massa no lo votaron ni los peronistas en algunos lugares clave) y el antiperonismo, que empujó a un porcentaje enorme de votantes de Bullrich y Larreta a votar al libertario.
Milei Presidente...Querías la bicicleta
Milei asumirá el 10 de diciembre. Será sin dudas el Presidente más débil de 1983 a esta parte en cuestión de estructura y representación parlamentaria, y deberá mostrarse hábil en realizar alianzas y alcanzar acuerdos si pretende gobernar. Sobre él se proyectó una visión social que deberá ratificar, la de “diferente”, y esta visión ni siquiera lo percibe como capaz; solo es “diferente” por el momento. Anoche en su discurso habló de una “nueva manera de hacer política”, y por ahí arranca uno de los mil desafíos que deberá enfrentar el Presidente electo. Hoy ya es político, en realidad ya lo es hace varios años. Ahora se terminó el baile para convencer al electorado y empieza el verdadero, en un país al borde de la hiperinflación, con 50% pobres y 10% de indigentes, sin reservas de dólares, incapaz de importar, sin crédito, con la industria paralizada, con legislaciones anacrónicas, sin seguridad jurídica, y con un Estado torpe e ineficiente que sin embargo representa el refugio de una enorme cantidad de gente que vive al límite de la subsistencia. No la tiene fácil Javier Milei. Mi abuela decía siempre: ¿no querías la bicicleta? Bueno, ahora pedaleá.
Comments