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Foto del escritorEmiliano Damonte

Cristina Kirchner eligió a Eduardo de Pedro como candidato a presidente

A pocas horas del cierre de listas, Cristina Kirchner ungió al ministro del Interior, Eduardo de Pedro, su protegido político, como precandidato para competir bajo su ala política en la interna de Unión por la Patria por la Presidencia.



Cristina volvió a ungir un candidato de apariencia moderado y alineado a su voluntad


 

El funcionario nacional, fundador de la agrupación de familiares de desaparecidos H.I.J.O.S., que pasó por distintos cargos desde que conoció a Néstor Kirchner en 2004, figurará en lo más alto de la boleta del ala dura del oficialismo acompañado por el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, que viene de ganar las elecciones en su distrito y negoció con la vicepresidenta su lugar en el binomio K a último momento.

Con de Pedro, Cristina Kirchner busca renovar su oferta electoral con un dirigente joven, de apariencia dialoguista, a pesar de su pertenencia a La Cámpora, y se acerca inclusive a los sectores sindicados como enemigos para la vice y sus militantes. Eduardo de Pedro pesar de que contribuyó a conformar la coalición, buscará presentarse como lo nuevo ante el fracaso del Frente de Todos, que perdió estruendosamente las elecciones legislativas en medio de una interna sin cuartel, que no cesa, entre el Presidente y su vice; y una crisis inflacionaria galopante.

De Pedro, que pasó la mayor parte del día en el Complejo C, se lanzó con un spot esmeradamente curado durante los últimos dos días, que se demoró varias horas porque debía pasar, antes de difundirse, por la revisión de Cristina Kirchner. Las imágenes lo muestran hablando de frente a la cámara sobre sus intenciones, y se intercalan con videos de Cristina y Máximo Kirchner, y del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, que todavía no anunció cuáles serán sus próximos movimientos.

“Amo profundamente a mi país y voy a dar el paso para que otros y otras también se animen. Porque el país necesita de esta energía renovadora y de un nuevo sueño en el que creer”, dice en el tramo central de su mensaje, en un guiño al massismo. “Sé que no será un trabajo fácil (...) me voy a esforzar como nadie. Soy Wado de Pedro y quiero ser presidente. El presidente de todas las familias argentinas”, cierra.

La ex presidenta terminó de tomar la esperada resolución para los comicios del 13 de agosto hace varios días, pero postergó el anuncio hasta muy cerca del vencimiento del plazo en la Justicia Electoral. Complicaban su determinación la incertidumbre sobre la presentación de Daniel Scioli, que está decidido a competir en la interna a pesar de las resistencias de La Cámpora y se lanzó prácticamente al mismo tiempo que De Pedro, con un acto; y las dudas sobre quién podía ser el mejor compañero de fórmula, una variable que se negoció hasta último momento, para la cual se ponderaron distintos nombres. Con la elección de Manzur, queda en evidencia la preponderancia del papel que buscará darle Cristina Kirchner en el debilitado oficialismo al poder político del interior, donde la mayor parte de los gobernadores vienen de ganar las elecciones con campañas muy diferenciadas de la fragmentada esfera nacional.

A su vez, estaba la presión de Sergio Massa, el ministro de Economía, que buscaba el aval de CFK pero exigía que las candidaturas se definan en un acuerdo previo y no en las urnas. De Pedro, en cambio, se mostraba abierto a una competencia interna formal, consciente de que su bajo nivel de conocimiento complicaría sus posibilidades de llegar fuerte a las Generales sólo con el apoyo de su líder.

El lanzamiento fue cuidadosamente diagramado por el ministro durante semanas de reuniones frenéticas y nerviosismo junto a sus colaboradores más cercanos, en contacto permanente con Cristina Kirchner y la tropa más íntima de la vice, que mantuvieron en secreto la confirmación final hasta el último minuto. Las charlas de planeamiento se hicieron en decenas de encuentros, algunos en la sede del Ministerio, otros en el Senado, y, las más multitudinarias, con militantes especializados en comunicación que se sumaron al equipo en recientemente, en el búnker de campaña que el funcionario ordenó montar en la calle Estados Unidos.

En esas conversaciones decidieron, en primer lugar, que el eje de la presentación como candidato debería girar en torno al concepto de “consenso”, para seguir en la línea con el perfil dialoguista y moderado que el ministro busca desarrollar, prácticamente, desde el primer año de su gestión. Según suele decir, para desmarcarse de la “estigmatización” por su cercanía con la vicepresidenta.

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