Sobregirado en "confianza"
- Emiliano Damonte
- 3 mar
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Sobregirado, esa es la palabra justa para describir el momento del Gobierno Nacional. Hubo gobiernos sobregirados en emisión, otros sobregirados en deuda, otros en corrupción, algunos en todo eso junto. Pero en este caso me refiero a otro tipo de sobregiro, uno que tiene que ver con la confianza. ¿Cuántos excesos tolera el electorado?

Confianza y "espalda"
Los Economistas, especialmente los oficialistas de turno, todos en toda la historia, le rajan al concepto de confianza, un concepto que a la hora de medir sus efectos se demuestra tan concreto como el hormigón (también llamado concreto). Y le rajan porque es un factor que escapa a sus pretenciones de ciencia exacta, porque les recuerda que la economía es una ciencia social y temen, por burros en general, no poder tratar lo humano con rigor científico.
Existe sin dudas una relación entre el modo en que llegas al poder, tu representación parlamentaria, la labor de tus predecesores, el humor social y el tiempo que llevas en el poder, por ejemplo. Esa relación, que incluye un sin fín de otros factores, es la que determina lo que llamamos “espalda”. El factor “espalda”, entonces, es el que le permite a un Gobierno tomar medidas “impopulares” sin pagar un precio demasiado alto en términos de poder real, sin descapitalizarse. Este factor no es infinito, y varía en el tiempo.
La gestión de Javier Milei parece ignorar esta cuestión, un poco como parecía hacerlo Alberto Fernández cuando se creía políticamente inmortal. El nombramiento por decreto de los Jueces de la Corte tras el escándalo de las criptomonedas y el discurso de campaña que hizo Milei en el Congreso la otra noche, hablan de cierta desconexión de la realidad. No me detendré en la vergonzosa escaramuza Caputo - Manes, que resta crédito sin dudas. Hay un momento en el que la “originalidad” empieza a parecer “estupidez”, y ese es un momento que los protagonistas por fuerza de cosas no son capaces de ver.
Estrategia
Milei necesita, para reforzar su proyecto de Gobierno, pero sobre todo para que la Argentina sea un país atractivo para las inversiones serias (no Crypto), hacer una excelente elección en octubre. Para hacerlo, deberá ganar en lugares en los que no ganó, y sumar apoyos que no tuvo. No es este el camino que parece estar recorriendo. Sigue dilapidando confianza como si esta fuera infinita, y un poco como el Kirchnerismo creía que podía emitir hasta que las velas no ardan y todo se iba a arreglar mágicamente, hoy Javo cree que puede hacerse el extravagante sin límite, y que las cosas por algún sortilegio tuitero se van a arreglar.
Lejos de la realidad
Los porteños solemos creer que cuando vemos los bares y restaurantes llenos, la economía vuela. Eso sería cierto si nuestro país tuviese otra relación territorio/actividad, pero no entraremos en este tema porque el Aguijón evita perderse en detalles, mira desde lo alto y saca una foto general del asunto. Baste decir que en el discurso del Presidente en el Congreso no hubo nada que pudiera ser de interés serio para el sector que verdaderamente todavía mueve a este país, que es históricamente agroindustrial. Los sectores productivos se quedaron esperando que les dirija la palabra, en lugar de decir cosas “como base monetaria ancha” y anunciar la salida del cepo como quien habla de la segunda venida del Mesías.
Sobregirados
El Gobierno está sobregirado en confianza, la está dilapidando y tal vez tenga la percepción de su “espalda” ligeramente distorsionada. Hay una cantidad limitada de medidas impopulares que uno puede tomar. Eso lo expresó muy bien Cavallo cuando explicó que la confianza no fue el único factor que le permitió entrar en la convertibilidad, pero si fue uno absolutamente indispensable. Hay que cuidar la confianza, en términos de mercado, aunque algún romántico podría decir que hay que honrarla.
Salutación
Mientras tanto, acostumbrados como estamos a apechugar…incomodidad, espíritu crítico, acidez estomacal, que se les rompa el sillón, el banquito o la reposera (siendo verano que se les vuele la sombrilla), les auguro dolor de ancas e inflamación del ciático para que no se queden tranquilamente sentados en los miedos del pasado, los relatos del presente y las promesas del futuro, y más que nunca: solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional, les augura El Aguijón.
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