Tras cuatro años lejos de la Casa Blanca, el candidato republicano ya había ganado temprano por la mañana, en Pensilvania, Georgia, Wisconsin y Carolina del Norte y aseguró así la victoria sobre Kamala Harris, habiendo llegado a 277 electores, aunque aún falta completar el escrutinio; con estos números retoma también de manera contundente el control del Congreso

Donald Trump tiene asegurado su regreso a la Casa Blanca. En un país más fracturado que nunca, el expresidente está a punto de convertirse, de forma oficial, en ganador de las elecciones de Estados Unidos de este martes al imponerse sobre Kamala Harris. Trump llegó a 277 compromisarios del Colegio Electoral, que consiguió en la mañana de este miércoles al conocerse que había ganado en Wisconsin para sellar su triunfo. Y aún resta Alaska, por ejemplo, que es históricamente republicano. Trump, además, al contrario de lo que ocurrió en su victoria sobre Hillary Clinton en 2016, se impuso también en votos populares –64,4 millones de Harris frente a 69,7 de Trump–.
Trump vuelve a la Casa Blanca, y lo hace retomando el control del Senado, después de haberse asegurado el del Tribunal Supremo cuando era presidente y a punto de hacerse también con el de la Cámara de Representantes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El republicano logró la victoria en Pensilvania, Georgia, Wisconsin y Carolina del Norte, y tiene Arizona al alcance de la mano, mientras continúa la incertidumbre en Michigan, donde las señales también sugieren una victoria de Trump. El escrutinio más completo en estos estados puede tardar varios días, pero Trump ya aseguró el triunfo –224 compromisarios de Harris frente a los 277 de Trump–.
La campaña de Harris anunció que no hablaría este martes por la noche ante sus seguidores, cuando cundían las señales que apuntaban en dirección a Trump.
Por ejemplo, los primeros resultados mostraban más apoyo al republicano en algunos barrios de Dearborn, la ciudad con más concentración de árabe-estadounidenses de Estados Unidos y donde parte de los votantes demócratas estaban desmovilizados por la guerra de Gaza. La campaña de Harris también mostraba vulnerabilidades en la comunidad judía de Michigan, escéptica sobre su apoyo a Israel en comparación con Joe Biden.
País dividido
La brecha en el país entre dos candidatos opuestos en estilo, sustancia, género y experiencia vital es todavía mayor, con una nueva fractura entre el Medio Oeste y el sur del país. La principal preocupación entre los estadounidenses, según las encuestas a pie de urna, se partía entre los preocupados por la democracia –los demócratas– y los movidos por la economía y la migración –los republicanos–, en un momento en el que el país puede volver a ser liderado por un político que promete perseguir a sus percibidos como enemigos, purgar la Administración y comportarse como un “dictador” (sus colaboradores más estrechos en su primer Gobierno le definen como “fascista”).
Las victorias más abultadas de Trump en Florida y Georgia, estados que estaban tradicionalmente más divididos, y en Kentucky y Virginia Occidental, bastiones republicanos, y el mayor giro hacia Harris en comparación con Biden hace cuatro años en estados tradicionalmente demócratas pintan un país cada vez más segregado geográficamente.
Más latinos pro-Trump
Algunas encuestas a pie de urna indican que en algunos estados la ventaja de los demócratas respecto a los republicanos entre la población que se identifica como latina o hispana ha mermado. Harris ganó entre estas comunidades, pero con menos margen respecto a la victoria de Biden hace cuatro años en una tendencia que se ha notado en la última década, especialmente entre los hombres.
Sin embargo, hay grandes diferencias según los estados, en particular por el efecto de la victoria de Trump entre los puerrtoriqueños en Florida, donde el republicano ha arrasado.
Participación alta
Desde los primeros datos locales se apuntaba a un nivel de participación inusualmente alto. “Hoy cuando salimos a abrir, había una fila alrededor de toda la manzana. Nunca habíamos visto eso antes”, explicaba este martes por la mañana Eileen Walker, una enfermera jubilada y representante del comité demócrata del distrito en el centro de Filadelfia. Ella lleva toda su vida involucrada en política y aseguraba que nunca había visto tanta movilización como en estas elecciones.
Las colas por todo el país se alargaban varias manzanas de votantes que apuraban el cierre de los colegios electorales, que tenían la obligación de dejar a votar a quien estuviera en la fila antes del final de la votación.
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