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Foto del escritorEmiliano Damonte

Duro ataque de Julio De Vido a Federico Bernal por Enargas

Julio De Vido quedó expuesto como el paradigma del funcionario corrupto kirchnerista. En su tiempo de prisión efectiva esperó un apoyo de parte de Cristina que nunca llegó y más temprano que tarde comenzó a criticar con dureza las gestiones del Gobierno de los Fernández. En estos días se despachó con dureza contra el “pollo” de Cristina Kirchner, Federico Bernal, hoy al frente de Enargas. A continuación la nota completa publicada por el medio especializado: EconoJournal


En estos días se despachó con dureza contra el “pollo” de Cristina Kirchner, Federico Bernal, hoy al frente de Enargas


 

El ex ministro de Planificación Federal publicó una nota, junto al ex interventor de Enargas Antonio Pronsato, donde cuestiona la gestión de Bernal, lo trata de mentiroso e incluso siembra dudas sobre su honestidad.

Fue un incondicional del ex ministro de Planificación, Julio De Vido. El encargado de tirarse encima de la granada cada vez que hacía falta, saliéndole al cruce a todas las críticas que recibía la política energética oficial durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Lo hizo tanto desde los medios de comunicación como desde el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), una especie de think tank apuntalado con fondos del ministerio. El ahora subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, llegó incluso a publicar un libro a fines de 2015 junto a De Vido, prologado por la ex presidenta Fernández de Kirchner. Sin embargo, en los últimos años esa relación se fue deteriorando y la ruptura quedó definitivamente explicitada este jueves con un durísimo artículo en el que De Vido cuestiona la gestión de Bernal, lo trata de mentiroso e incluso siembra dudas sobre su honestidad.

La pelea entre De Vido y Bernal es una muestra más de las múltiples internas kirchneristas que se han ido agudizando en medio de la crisis económica que está haciendo implosionar a este espacio político. No obstante, este cruce puntual llama particularmente la atención por la cercanía entre ambos. En la introducción del libro que escribieron juntos, donde aparecen dos pingüinos abrazados en la tapa, Bernal cuenta que conoció personalmente a De Vido en 2012 cuando lo invitó a su despacho después de la nacionalización de YPF y quedó cautivado por el personaje. “Una oleada de conceptos, de ideas fuerza, de pasión revolucionaria, de peronismo histórico, de Perón, de Néstor y Cristina. Era Jauretche, Scalabrini Ortiz y Enrique Mosconi a la vez”, afirma.

En esa misma introducción Bernal recuerda todo el trabajo que llevaron adelante juntos y le agradece sentidamente por haberlo invitado a escribir el libro: “Querido ministro, querido amigo y compatriota, no existen palabras que expresen la gratitud y el privilegio de haberlo acompañado en estos años; mucho menos expresar el sentimiento que me embarga por el hecho de haberme elegido para escoltarlo en esta obra, verdadera doctrina de conciencia nacional, de manual y guía para la defensa y la profundización de la revolución nacional, popular y democrática en el siglo del triunfo definitivo del pueblo argentino. Julio De Vido, arquitecto de profesión, usted fue el arquitecto de la Argentina del Bicentenario. Néstor y Cristina Kirchner le entregaron los planos para la fundación nacional y usted los puso en marcha”.

La polémica

El factor desencadenante, que derivó en la crítica de De Vido a Bernal, fue una carta publicada por el subsecretario de Hidrocarburos en respuesta a una serie de cuestionamientos que le formularon en Ámbito Financiero por el precio que tiene el gas que se exporta a Chile. “La Argentina compra gas de Bolivia por hasta US$ 17 el millón de BTU y lo exporta por apenas US$ 7 a Chile. Es más, a Methanex, la empresa canadiense radicada en el país trasandino y mayor productor mundial de metanol, se le vende el recurso argentino por US$ 2,85, mientras que para las distribuidoras locales encargadas de proveer a la industria local el precio se triplica”, aseguró el 25 de abril el diario económico del Grupo Indalo, controlado por Cristóbal López y Fabián De Souza, quienes a su vez son los dueños de Alcalis de la Patagonia (AlPat), empresa que produce carbonato de sodio y tuvo problema para garantizar su abastecimiento de gas durante esa última quincena de abril.

Bernal respondió el viernes pasado desde la página oficial de la Secretaría de Energía, que responde al ministro de Economía Sergio Massa. Allí aseguró que durante el primer trimestre de este año el precio promedio de importación del gas proveniente de Bolivia fue de US$ 8,9 el millón de BTU, “prácticamente la mitad del precio informado por el articulista de Ámbito”. A su vez, sostuvo que el precio de exportación desde la Cuenca Neuquina durante el período invernal (mayo-septiembre) es de US$ 7,73 el millón de BTU, mientras que el precio promedio ponderado año de todas las rondas del Plan Gas.Ar es cercano a los US$ 3,5 el millón de BTU. “En el invierno no supera los U$S 4,5 el millón de BTU, mientras que en verano son de US$ 2,9 el millón de BTU. ¿Más caros que el U$S 7,73 el millón de BTU de exportación?”, retruca el funcionario.

Con respecto a los precios, Bernal reconoce que desde la Cuenca Austral se exporta a un valor más bajo de U$S 3,4 el millón de BTU “que se fijó en equivalencia al que perciben los productores por las ventas en el mercado doméstico bajo el Plan Gas.Ar en la Ronda 1. Y aclara que “en pos del resguardo del mercado doméstico en el período invernal, a partir de este 30 de abril del corriente se terminaron las exportaciones firmes hacia Methanex”.

Las críticas de De Vido

En respuesta a la aclaración de Bernal, De Vido publicó este jueves una nota en el portal Identidad Colectiva donde cuestiona los argumentos del subsecretario. El texto lo firma junto al ex interventor de Enargas durante sus años de gestión, Antonio Pronsato, quien asesoró a Bernal en el Enargas al comienzo de la gestión de Alberto Fernández, le enseñó mucho sobre el sector gasífero y en la actualidad no guarda los mejores recuerdos de Bernal, a quien considera un ingrato.

Lo primero que hace el ex ministro de Planificación es cuestionar que el Plan Gas haya dolarizado las tarifas del gas para todos los usuarios ininterrumpibles abastecidos a través de las distribuidoras, como hogares, hospitales y pequeños comercios. “Es cuestionable que este dolarizado per se, cuando el gas producido en Argentina no es un insumo importado”, sostiene De Vido.

Esta misma crítica la realizó Bernal en reiteradas ocasiones, incluso cuando era interventor del Enargas durante este gobierno y le apuntaba de lleno a la ronda del Plan Gas que quería lanzar el entonces ministro de Producción, Matías Kulfas. De hecho, en una entrevista con la revista Trama, el ex ministro de Energía de Macri, Juan José Aranguren, acusó a Bernal de ir cambiando su postura sobre el tema de acuerdo a su conveniencia. “En su momento Bernal dijo que el Plan Gas que implementó esta administración implicaba una dolarización de las tarifas y ahora es el encargado de aplicar el Plan Gas que efectivamente es una dolarización de las tarifas. No importa que el precio aparezca expresado en pesos, lo que importa es que está dolarizado. Él me enjuició por hacer eso, acusó a esta misma administración en sus inicios de hacer eso y ahora resulta que está aplicando esa misma política (…) Es un accionar propio de un mercenario”, disparó Aranguren.

En lo que refiere a los precios, De Vido y Pronsato remarcan, en línea con Ámbito Financiero, que en el mercado interno se paga más por el gas que lo que paga Methanex. Afirman que el precio del Plan Gas de la Cuenca Austral para la ronda 1 fue efectivamente de U$S 3,40 el millón de BTU, pero que en la ronda 5.2 (enero 2023-abril 2025) ese valor trepa hasta U$S 9,50 el millón de BTU (resolución de la Secretaría de Energía 860/2022 del 22 de diciembre de 2022), mientras que Methanex paga el gas a U$S 2,85 el millón de BTU, dato que atribuye a Ámbito Financiero y que dice que no fue desmentido por el subsecretario. En rigor, el contrato de abastecimiento con Methanex fue firmado por YPF en la década del 90 y contempla el suministro de gas por un plazo de 25 años. Por lo tanto, cualquier incumplimiento podría derivar en un litigio millonario en contra de la petrolera controlada por el Estado Nacional.

Además, remarcan que Bernal confirmó que el precio de exportación desde la Cuenca Neuquina es de U$S 7,73 el millón de BTU. “Claramente no solo exportamos un recurso no renovable más barato que el precio que pagan los argentinos, sino que se suma a esto que !!!EXPORTAMOS SUBSIDIOS!!! Para empresas chilenas”, subrayan. “Si a esto le agregamos la denuncia que hizo Ámbito Financiero con respecto al precio de exportación para Metanex (Chile) de U$S 2,85/MMBTU, ya la diferencia entre los U$S 9,50/MMBTU del ‘maravilloso Plan Gas’ SUBSIDIADO, se transforma en una grosería u obscenidad”, agregan.

Luego De Vido y Pronsato remarcan que, según datos confirmados por Bernal en su nota, el precio promedio de exportación del gas desde la Cuenca Neuquina es de U$S 7,73 el millón de BTU, mientras que el precio promedio de importación es U$S 8,90 el millón de BTU “¿Hace falta explicar esta terrible decisión? O sea, exportamos gas Natural a un precio menor que el precio al cual Argentina importa el gas. Con la necesidad de divisas que tienen nuestras cuentas públicas…aritmética básica. (…) ¿En serio estamos exportando subsidios? ¿Nadie está viendo este daño/deficit al presupuesto nacional?”, insisten.

“Todo esto sin considerar que el importador es Enarsa (Estado Nacional) y los que exportan son empresas privadas o en el mejor de los casos empresas con solo el 51% estatal. Es decir, doblemente perjudicial, y como decía la canción…’Las penas son del arriero, las vaquitas son ajenas’, dicen De Vido y Pronsato, quienes también cuestionan la segmentación de tarifas.

En el cierre de su artículo, ponen en duda la honestidad de Bernal al asegurar que no está claro qué intereses defiende: “Tiempo atrás se nos dijo que nos gobernaba con ‘el mejor equipo de los últimos 50 años’ y en ese entonces nos preguntábamos retóricamente, el mejor equipo ¿pero con que camiseta, para quien jugaba? Después se nos dijo que ‘volvíamos para ser mejores’, hoy ya nos preguntamos…mejores, pero.. ¿para quién?”.

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