Jorge Macri busca decidido la “ley de reiterancia”
- Emiliano Damonte
- 1 may 2024
- 2 Min. de lectura
Consciente del aumento exponencial de la conflictividad y el deterioro de la situación económica, el Jefe de Gobierno plantea la necesidad de blindar a la Ciudad impidiendo que se transforme en el gran teatro de la tragedia social argentina, con leyes eficaces que permitan detener el crímen en las calles y le den seguridad a los porteños; Lousteau podría constituir un obstáculo para la ley de reiterancia

"No me interesa analizar demasiadas variables, si aumenta el desastre social y la Ciudad recibe chorros y delincuentes, hay que limpiar la Capital Federal, no los quiero acá jodiendo a los porteños". La frase, que se filtró de una reunión de Gabinete y está dirigida a Waldo Wolf, marca un giro importante respecto a lo que fue la política de Seguridad de la Ciudad hasta hace algunos meses. La conflictividad claramente aumentó y promete incrementarse en el marco del “desastre social” del que habla el Jefe de Gobierno porteño, y la intención parece ser no dejar lugar para que la Ciudad se transforme en teatro de los conflictos nacionales.
Jorge Macri se muestra obsesionado por la ley de reiterancia, un instrumento que permitiría manejar de otro modo la seguridad en una ciudad en la que la presencia en la calle de la policía se ha incrementado notablemente, pero que tiene un aparato judicial que funciona como un colador de trama gruesa. La justicia recibe y libera delincuentes en cuestión de horas. Pero la gota que rebalsó el vaso fue la semana pasada, cuando un acosador atentó contra la integridad de una chica en un baño del hospital Fernández, a pocas cuadras del departamento del jefe de Gobierno. Macri llamó a Waldo Wolff, se reunieron y avanzaron en la idea de presionar para la aprobación de la ley de reiterancia y exponer a quienes estén en contra de evitar que ladrones, asesinos o violadores estén libres.
La llamada "puerta giratoria" implica el final de la reincidencia, que permite esperar en libertad mientras la causa avanza y el proceso penal dictamina su sentencia. En la legislatura hay un rumor de pasillo: alfiles cercanos a Martín Lousteau, el gran derrotado de CABA, puede exigir condiciones para el rechazo del proyecto. En el laboratorio del gobierno porteño se estudia cómo evitar que eso suceda y hasta ahora la idea común es sencilla: si Lousteau manda a votar en contra de la ley, se le explicará a toda la sociedad que el radical prefiere que los violadores esperen en libertad y sigan violando mientras la justicia analice el caso, sin un deadline estipulado.
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