El Senado rechazó los pliegos de Lijo y García Mansilla
- Emiliano Damonte
- 4 abr
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Nueve meses estuvo el Gobierno impulsando en el Senado la candidatura de Lijo y García Mansilla para cubrir las vacantes de la Corte Suprema de Justicia, un trabajo extenuante en el que la coyuntura terminó cerrándole todos los puentes a la iniciativa oficialista

Al tratarse de un tema judicial, las conversaciones con el resto de los bloques quedaron en manos de Sebastián Amerio, hombre fuerte de Caputo en el Ministerio de Justicia, con la ayuda del principal asesor presidencial.
En los últimos días, el estratega libertario recibió en su oficina de Casa Rosada a los principales líderes de los partidos “dialoguistas”, pero no consiguió convencerlos de que apoyaran las candidaturas de los magistrados propuestos por el Poder Ejecutivo.
El PRO, un habitual aliado del oficialismo en el recinto, hoy en tensión por la contienda electoral en la ciudad de Buenos Aires, votó mayormente por el rechazo.
“Se reunieron con varios senadores y no lograron el acuerdo. Es más, solo lograron ponerlos más en contra”, sostiene una fuente citada por Infobae que buscaba la aprobación de los pliegos
A diferencia de lo que ocurrió con otros proyectos, en esta oportunidad no fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni su vice del Interior, Lisandro Catalán, quienes llevaron adelante las negociaciones con la oposición en el Congreso. Durante el transcurso de la sesión, tanto Francos como Catalán continuaron con el rol que tuvieron desde el inicio: no fueron al Congreso, aunque mantuvieron contacto con algunos gobernadores y siguieron el debate por la televisión.
Tampoco la vicepresidenta Victoria Villarruel fue protagonista de la jornada, ya que, si bien su idea original era encabezar el encuentro legislativo, los cambios de última hora en la agenda de Javier Milei se lo impidieron.
El jefe de Estado viajó a los Estados Unidos para recibir un premio e intentar mantener un encuentro informal con su par norteamericano, Donald Trump, en plenas negociaciones por un tratado de libre comercio con ese país y en la antesala de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por esta razón, Villarruel quedó a cargo del Poder Ejecutivo y la sesión en el Senado debió ser encabezada por el puntano Bartolomé Abdala, de La Libertad Avanza, que al tomar el control analizó la posibilidad de dictar un decreto para dar de baja la sesión, pero esta iniciativa no prosperó.
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