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Foto del escritorEmiliano Damonte

Argentina importó más de US$ 34 mil millones en gas en 10 años

El gasoducto Nestor Kirchner, con el nombre que se hubiera elegido, debería estar funcionando desde hace al menos 10 años. Es el símbolo de un país que corre detrás de la coyuntura y jamás trabaja sobre la estructura, de un país en el que la obra pública se ha usado como medio de extracción de fondos de las arcas del Estado y no como multiplicadora de valor.

A continuación la transcripción completa de un informe de la Bolsa de Rosario sobre la situación de un país rico en gas que se despierta hoy porque se le acabaron los dólares.



El gasoducto Néstor Kirchner es el símbolo de un país que corre detrás de la coyuntura y jamás trabaja sobre la estructura


 

Un país rico en gas

Argentina cuenta con una amplia variedad de yacimientos de gas distribuidos en diferentes regiones geográficas. Un enclave paradigmático para la producción de gas argentino es la cuenca Neuquina, situada entre las provincias de Neuquén, Río Negro y Mendoza. Esta cuenca es el epicentro nacional de gas y petróleo no convencional, dónde se asienta el yacimiento Vaca Muerta.

En 2012, la cuenca neuquina producía cerca de 24.000 millones de m3 de gas (MM3), representando el 40% de la producción gasífera nacional. Diez años más tarde, desde la cuenca neuquina se extrajo el 68% de la producción de gas a nivel país, con un crecimiento productivo del 38% en la última década.

El peso creciente de Vaca Muerta explica que en 2022 la producción de gas en Argentina haya crecido un 7%, aproximándose al récord productivo del 2019. Sin embargo, la capacidad de transporte de gas en Argentina estaba llegando a su límite logístico en la medida que la producción iba creciendo. Se hacía imperante ampliar la infraestructura de transporte del gas tanto para el abastecimiento del mercado interno como para su potencial exportación.

En este marco, el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que aspira a inaugurar su primer tramo en pocos días, emerge como una obra crucial para amplificar aún más la producción de Vaca Muerta, permitiendo evacuar un volumen creciente de gas desde el yacimiento. Con el gasoducto en funciones, en primer lugar el país reducirá su dependencia de importaciones de gas. Sin embargo, el gasoducto tendrá otras externalidades positivas en muchas zonas del país.

El caso de Profértil en Bahía Blanca, principal planta productora de fertilizantes del país, es elocuente. Con el gasoducto en funciones, se abre el abanico para ampliar la producción de urea en Argentina, un fertilizante intensivo en gas para su fabricación. Es decir, al ahorro importador de gas se le suma un potencial ahorro importador de fertilizantes, en un país donde más del 60% del consumo de fertilizantes es de origen importado. Más aún, el posicionamiento estratégico de Bahía Blanca permite también que la terminal de Profértil pueda exportar en el caso de ampliar su producción.

El GPNK en su Etapa I implicó un tendido de 574 km entre las cabeceras de Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (Buenos Aires). La Etapa II consiste en la continuación de la obra hasta San Jerónimo, al sur de la provincia de Santa Fe, lo que permitiría la ampliar el abastecimiento de grandes centros urbanos e industriales del país. También, permitiría su vinculación con el Gasoducto del Noreste (GNEA) para abastecer a las provincias de dicha región.


Potencialidades

Con la inauguración del GPNK el 20 de junio próximo, la producción de gas aumentará de manera paulatina en los primeros meses. Este mes ya comienza su progresivo llenado y desde el 9 de julio se espera tener disponible la evacuación de 11 millones de m3 de gas por día, a los que se sumarán dos turbocompresores que progresivamente irán sumando más capacidad de transporte hasta llegar a un total de 20 millones de m3 diarios en febrero del 2024.

Suponiendo un crecimiento de la producción gasífera argentina tal que logre completar la capacidad de transporte del flamante GPNK, la oferta anual de gas podría crecer más de un 8% en 2023 a cerca de 52.000 MM3, tomando como base la tendencia productiva de 2022 y sumando la capacidad de transporte del Gasoducto Néstor Kirchner.

Desde ya, la estimación busca plantear máximos, y es optimista en tanto el crecimiento productivo puede estar por debajo de lo planteado en el cortísimo plazo si la evacuación de gas tardara algunos meses más en completar la capacidad de transporte del GPNK o si no pudiera crecer por cualquier otro factor que pueda pesar en lo productivo. Al mismo tiempo, con el primer tramo del gasoducto funcionando plenamente en gran parte del venidero 2024, de continuarse esta tendencia productiva del gas, podríamos ver un crecimiento cercano al 16% respecto al 2022.

Por qué es importante: importamos casi US$ 35.000 millones en gas en la última década

Desde 2012 hasta 2022, desde Argentina se importaron 34.964 millones de dólares en gas natural. Para ponerlo en contexto, equivale a casi un año y medio de exportaciones del Complejo Soja, primer complejo exportador nacional, tomando los valores exportados en 2022. Asimismo este volumen importado representa más del total exportado por el Complejo Maíz sumando las últimas cinco campañas (2017/18 – 2021/22), y recordando que este es el segundo complejo más importante para las exportaciones nacionales.

No conforme con ello, este total importado representa 2,1 veces el nivel de exportaciones generado entre los tres Programas de Incremento Exportador, más conocido como “Dólar Soja”. Además, este volumen es también equivalente al 70% del último acuerdo que firmó el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

No caben dudas que la ampliación de la producción de gas en nuestro país es fundamental para el equilibrio de las cuentas externas argentinas. La provisión de más y mejor infraestructura es esencial no sólo en las infraestructuras de transporte de gas, sino también para la logística de granos de la Argentina, como se ha destacado desde esta Bolsa de Comercio en más de un oportunidad.

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