top of page

Se cumple mes del ataque de Hamas a Israel

  • Foto del escritor: Emiliano Damonte
    Emiliano Damonte
  • 7 nov 2023
  • 3 Min. de lectura

Cuando hace apenas un mes del ataque de Hamas al corazón de Israel, la suma de muertos parece no tener techo; al día de hoy se trata de más de 11000 víctimas; unos 1400 israelíes y el resto palestinos, de los que unas 4000 son niños; el drama humanitario que vive la población palestina; en el análisis se impone el respeto por el dolor humano



A un mes del ataque

Las imágenes del brutal ataque de las milicias palestinas a cientos de civiles israelíes hace exactamente un mes están frescas en las retinas de todos y dificilmente haya modo de borrarlas. La franja de Gaza era un tema serio sin resolver, uno del que nadie en el mundo árabe quiso hacerse cargo, y que representaba una amenaza física constante para la seguridad de Israel. Lo impensado sucedió, la barrera no contuvo y la inteligencia israelí no fue capaz de preverlo. Bajo la sombra de Irán, un conflicto de dimensiones inconmensurables asoma amenazante.


Respuesta de Israel

La respuesta de Israel fue espeluznante, y no se esperaba otra cosa. Más de diez mil muertos y toda la infraestructura de la Franja de Gaza colapsada, nos dejan de frente a una verdadera tragedia humanitaria que espanta. Los hospitales están colapsados. No hay comida, agua ni combustible. Decenas de miles de civiles huyeron hacia el sur. Otros se apiñan en las ruinas de la Ciudad de Gaza, en hospitales, escuelas o sedes de la ONU. De las más de 10.000 víctimas fatales, unos 4000 son niños, según reportes de Hamas y de agencias de Naciones Unidas.


Israel bajo asedio

Desde Gaza Hamas, y desde el Líbano Hezbollah (financiada por Irán) sostiene presión sobre Israel con con misiles y cohetes evitando cínicamente sobrepasar el límite que los deje frente a una guerra abierta, pero marcando su amenazante presencia. Su líder, Hassan Nasrallah, consideró “realista” la posibilidad de una “guerra total”, pero por ahora la retórica es más profunda que la acción.

Hacia el sudeste, a más de 2000 kilómetros de distancia, las milicias hutíes de Yemen, aliadas de Teherán, lanzaron varios misiles hacia Israel interceptados por defensas antiaéreas estadounidenses. Agazapadas, están las milicias chiítas proiraníes de Siria e Irak, que atacaron bases con presencia norteamericana en ambos países.


“El riesgo de una regionalización del conflicto está definitivamente ahí. De hecho, se incrementó. Pero por ahora no es inevitable”, dijo Hiltermann.

Una guerra con multiples caras

En el terreno, Israel combate con Hamas y Hezbollah. Pero los verdaderos protagonistas detrás de escena se reservan una última jugada. Mientras una poderosa flota naval estadounidense custodia a Israel en el Mediterráneo Oriental con un devastador poder de disuasión, Irán sopesa los riesgos de involucrarse de lleno en el conflicto. Por ahora, prefiere hacer equilibrio y enfocarse en una guerra de desgaste y amenazas. Sus peones en la región son las piezas de sacrificio en un tablero geopolítico que se asemejan a un polvorín.


Respeto por el dolor humano

En medio de los debates generados, el creciente antisemitismo que amenaza en Europa y Estados Unidos nos vuelve a poner de frente, en nuestras propias casas, a las peores expresiones de la humanidad. Allí donde hay dolor humano debe haber empatía y respeto. Respeto por el dolor de los israelíes; vimos los cadáveres de sus hijos, sus hermanos, sus madres y sus padres, abandonados tras el salvaje ataque, con huellas de una violencia, para muchos hasta ahora inimaginable. Respeto por los palestinos, que desde ese día han sufrido la inevitable dureza de la represalia israelí, y han visto morir a miles (se habla de unos 4.000 niños), entre los que había hijos, hermanos, madres y padres; han visto destruidos sus hogares, han debido huir hacia lugares más “seguros” atrapados entre la presión extorsiva de Hamas que los quiere de escudo humano y la violencia de los ataques del enemigo.

Respeto por el dolor humano, un dolor que no tiene bandera ni religión; respeto por una historia que es tan compleja que pocos pueden aventurarse en ella sin cometer arbitrariedades; respeto porque en la guerra, como en todos los conflictos humanos, son siempre los inocentes y los más débiles los que más sufren y los que pagan el precio más alto.


Que la locura le deje el lugar a la “humanidad”



Comentarios


bottom of page