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La crueldad está de moda / Por Enrique Krauth

  • Foto del escritor: Emiliano Damonte
    Emiliano Damonte
  • 27 feb
  • 3 Min. de lectura

"Mientras siga vivo, quiero seguir vivo". Así empieza el último libro de Martín Caparrós


Martín Caparrós
Martín Caparrós

"Mientras siga vivo, quiero seguir vivo". Así empieza el último libro de Martín Caparrós, "Antes que nada". Bellísimo libro en el que cuenta, con su pluma exquisita y una precisión que lo pone a salvo del golpe bajo, como lucha día a día, hora a hora para mantener su identidad, su integridad y su vida con esa terrible enfermedad que es el ELA. El diario La Nación le hizo, recientemente, una nota que publicó el Domingo último. Esa nota fue titulada con una frase de Caparrós que, de alguna manera, define con doloroso humor, los horrores a los que esta terrible enfermedad lo somete, "a veces envidio un buen infarto a tiempo". Tremendo. Maldita enfermedad.

Hasta aquí, literatura, buen gusto, periodismo y el relato en primera persona de alguien que busca resistir y mantener su personalidad a pesar del horror de una enfermedad que lo reduce y lo empeora sin solución, día a día. Pero tenía que aparecer el, a mi criterio, peor de los males de nuestros días, el odio y la ignorancia orgullosa de serlo. Para insultar, agredir, discriminar y burlarse de todo aquel que no piense como piensan los poderosos.

Y ahí apareció el "Gordo Dan", tuitero preferido preferido del Presidente Milei quien con la "tuya" , con la "Mía", con la "Nuestra" en definitiva; se encarga de comandar el ejército de Trolls que busca amedrentar y disciplinar a la Sociedad Argentina. Cono no podía ser de otra manera, el Gordo Dan busco dañar y así dejar contentos a sus brutos seguidores y tuiteó, " Se quieren morir los Kukas". Eso, aunque parezca mentira. Eso tuiteó la bestia. Ese es el nivel de brutalidad y crueldad que maneja el Gordo Dan, y que sus séquito de seguidores festejan ( el presidente incluido). Y pagado con la " nuestra ". No hay plata para jubilados ni para docentes universitarios pero, para estos "comunicadores" , sí. De más está decir que Caparrós nunca fue kirchnerista y que precisamente sus críticas al kirchnerismo desde la izquierda hizo que nunca lo perdonaran y lo acusaran de traidor. Y mucho más por su amistad con Jorge Lanata. Tampoco debería hacer falta el prestigio internacional de Caparrós, la calidad y cantidad de su obra, los premios que ha obtenido. Si habría que aclarar que Nunca fue Montonero ni guerrillero y, mucho menos, puso bombas como el Gordo Dan lo acusó para justificar su crueldad ( en este punto convendría recordar que Milei acusó a Patricia Bullrich de "poner bombas en los jardines de infantes", que se va'cer,) . Y el Gordo Dan sigue tuiteando.


Hasta aquí el relato, la crónica de una infamia cometida por una bestia orgullosa de serlo y aplaudida por una horda de fanáticos. Sería interesante analizar esto y poder reflexionar por qué nuestra sociedad llegó hasta aquí. Como puede ser que la maldad, el egoísmo y la crueldad estén de moda ¿ Que nos pasó? Seguramente que las causas son muchas, Lo que no podemos hacer es naturalizar la maldad y la crueldad con el otro, con el diferente. Y, mucho menos; naturalizar la crueldad y el abuso de poder con el más débil.


Como siempre creí, la salida tiene que estar en la educación y la cultura.

En las primeras clases de cada año les digo a mis alumnos de profesorado: Puede ser que " naturalmente" seamos "tribales" y creamos que nuestra tribu es la mejor y de esa manera despreciemos a los "otros". Puede ser. Pero por suerte tenemos a la cultura. Entonces, nos informamos, leemos, estudiamos y descubrimos que el otro es alguien como yo, como nosotros ni.mejor ni peor, diferente. Y que esa diferencia nos hace mejores. Entonces, quien discrimina y agrede, o no tuvo la fortuna de poder estudiar o es, directamente, una mala persona.


Será cuestión entonces, defender la educación. De defender la cultura. De denunciar cada acto de agresión. Más aún su viene desde el Poder del Estado. Resistir desde la cultura es uno de los lados del camino. La Sociedad Argentina logró, en su momento, establecer un pacto de convivencia democrático que le dió energía y continuidad al Estado de Derecho después de los horrores de la última dictadura. La recuperación de esos principios de respeto a las Instituciones Democráticas es el otro lado del camino.


Resistir es el camino. Desde nuestra identidad. Desde nuestros principios. Desde los valores que nos hicieron una sociedad solidaria. No importa que, tal vez, no tengamos, circunstancialmente, a quien nos represente. Nos tenemos a nosotros.


Es hora de reencontrarnos.

Salú la barra

Amablemente, Enrique Krauth

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