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Foto del escritorEmiliano Damonte

Humedales en jaque

Marismas, turberas, praderas húmedas, lagunas, manglares, estuarios, arrecifes de coral, arrozales: todos ellos son humedales, ya que el término reúne una gran cantidad de ecosistemas, desde cimas montañosas hasta costas costeras. Son terrenos cubiertos de aguas poco profundas o impregnados de agua de forma permanente o temporal, de origen natural o antropogénico.




Humedales
Humedales


Complejos y frágiles

Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más complejos, productivos y dinámicos, aunque también más frágiles, del planeta. Nos suministran agua y alimentos, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, contribuyen a controlar las inundaciones, a atenuar las sequías, a proteger la costa y a filtrar el agua, entre otros servicios. Además, mejoran la calidad del aire, proporcionan materias primas y recursos genéticos para medicinas y energía hidroeléctrica.


La pérdida y degradación de los humedales se debe, en gran parte, a los cambios en el uso de la tierra y del agua, así como al cambio climático. Se han perdido casi el 90 % de los humedales existentes en el planeta desde el siglo XVIII. Aunque el ritmo de desaparición se aceleró especialmente a partir del siglo XX, coincidiendo con la mejora de las capacidades tecnológicas. De hecho, se estima que entre 1970 y 2015 los humedales se redujeron en aproximadamente un 35 % (una tasa tres veces superior a la de pérdida de bosques).


Humedales y actividades humanas

Las actividades humanas contribuyen no solo a la desaparición de los humedales, sino también a su contaminación. Aguas residuales no tratadas, vertidos industriales, escorrentías agrícolas: desde los años 1990, la contaminación del agua ha empeorado significativamente.


En casi la mitad de los países de la OCDE, las concentraciones de pesticidas en el agua de las zonas agrícolas son superiores a los umbrales recomendados a nivel nacional. Para 2050, se prevé que un tercio de la población mundial correrá un alto riesgo de contaminación del agua por nitrógeno y fósforo.


Estos elementos químicos, que provocan la proliferación de algas, los óxidos de nitrógeno de los combustibles fósiles, el amoníaco de la agricultura genera la lluvia ácida, la contaminación de las centrales eléctricas que provoca el agotamiento del oxígeno, son otros tantos factores que provocan la desaparición de la biodiversidad. En cuanto a los humedales costeros, también están contaminados por billones de partículas de plásticos.


Múltiples beneficios de los humedales

Los humedales sostienen la economía, pues proporcionan más de mil millones de empleos y servicios. También nos protegen de los desastres naturales y mitigan el calentamiento global, pues están directamente relacionados con el agua. Además, los humedales costeros sirven de escudos naturales a las comunidades locales, ante el paso de las tormentas.


Y cada hectárea de los humedales continental absorbe más de 13,5 millones de litros de aguas en inundaciones. Además, actúan frente al cambio climático: los manglares, turberas, marismas saladas y praderas marinas son algunos de los ecosistemas más eficaces para absorber y almacenar carbono.


En la actualidad, 75 humedales españoles han sido incluidos en esta Lista del Convenio Ramsar y declarados, por tanto, de Importancia Internacional. Siendo España el tercer país del mundo en número incluidos en la Lista Ramsar, solo por detrás de Reino Unido y México. Lo que demuestra el fuerte compromiso de nuestro país con las tareas de conservación de estos ecosistemas.


Su preservación es crucial

Frente al cambio climático, la creciente demanda de agua y los mayores riesgos de inundaciones y sequías, los humedales tienen un papel esencial que desempeñar en el desarrollo sostenible. También contribuyen, directa o indirectamente, al logro de 75 de los 232 indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) .


La Convención de Ramsar es un tratado internacional que fue adoptado el 2 de febrero de 1971 para la conservación y uso sostenible de los humedales y se estructura en torno a tres pilares: el uso racional de todos los humedales, la designación y conservación de sitios Ramsar y la promoción de la gestión transfronteriza.


Hay más de 2.300 sitios Ramsar en el mundo, lo que la convierte en una de las mayores redes de áreas protegidas del mundo. Sin embargo, esto representa menos del 20% de los humedales del mundo, de ahí la necesidad de seguir ampliando la red. Varios estudios destacan sus múltiples beneficios, como la concienciación pública, el creciente apoyo a la protección y el fomento del ecoturismo y la investigación.


Fuente: Ecoticias


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