Desde la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica se analiza la situación actual de esta tecnología en el país vecino, los principales obstáculos a afrontar y las medidas necesarias para fomentar el crecimiento de las energías limpias. Además, se plantea la posibilidad de crear una cadena de fabricación de componentes a nivel local.
Crecimiento de la energía fotovoltaica
Hoy en día, la energía fotovoltaica es la segunda fuente de mayor participación en la matriz energética de Brasil, con 42,1 gigavatios (Gw) de potencia instalada, lo que representa un 17,5% del total. Por delante sólo aparecen las represas hidroeléctricas, que aportan 109,9 Gw (48,3%).
Desde la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (ABSOLAR) señalan que la matriz podría alcanzar una generación 100% renovable en 2030, con un aporte mayoritario de la producción fotovoltaica, capaz de brindar 121 Gw.
En diálogo con EconoJournal, Isabella Sene, especialista técnico-regulatoria de ABSOLAR, explicó que la oferta energética en Brasil exhibe un considerable porcentaje renovable. “Sin embargo, aún se necesitan lineamientos gubernamentales para expandir ese crecimiento a la totalidad del sistema”, reconoció.
Una de las propuestas que impulsa ABSOLAR es establecer como un objetivo nacional el cumplimiento de ese 100% de participación renovable de cara al final de la década, lo que colocaría a Brasil “a la vanguardia de la transición energética”.
Objetivos de reducción de emisiones
Cabe recordar que, a pesar de ser una de las signatarias del Acuerdo de París de 2016, la nación que gobierna Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva aún no tiene objetivos de reducción de emisiones o de renovabilidad de su matriz eléctrica.
“Para que estas proyecciones se materialicen, hacen falta políticas públicas que dirijan las inversiones privadas. Si bien hay una orientación del Gobierno federal hacia la transición energética, un estudio del Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC) reflejó que los subsidios a las fuentes fósiles son cinco veces mayores que los otorgados a las tecnologías renovables. Estos datos demuestran que quizás vamos en la dirección contraria a la que se pretendía”, advirtió Sene.
Otro reto mencionado por la directiva en aras de alcanzar la onmipresencia renovable en la matriz energética pasa por garantizar la seguridad del suministro, desarrollando el almacenamiento de energía eléctrica. “Entre las iniciativas que proponemos figuran la instalación de cinco millones de techos solares para 2026; el uso de energía solar en edificios públicos; las compras públicas para generar demanda de productos nacionales; y la ampliación de líneas de financiamiento de proyectos a través de bancos públicos”, enumeró.
Inversiones
De acuerdo con ABSOLAR, durante el año pasado el sector solar fotovoltaico atrajo más de 59.600 millones de reales en nuevas inversiones, lo que significó un alza de un 49% en comparación con los desembolsos registrados hasta el final de 2022. “Vimos recientes señales al respecto por parte del Gobierno federal, como el Plan de Transición Ecológica. Sin embargo, este programa no prioriza la transición energética en sus ejes”, se lamentó Sene.
A su entender, debe reivindicarse la política aplicada en el Nova Indústria Brasil, aprobada en enero pasado, que plantea metas y acciones hasta 2033 para fomentar la innovación y la sostenibilidad del país. “Dicho plan aporta importantes orientaciones para la creación de una cadena productiva nacional y enfocada en productos descarbonizados, lo que es muy positivo para el desarrollo del sector solar fotovoltaico, la creación de empleo y la atracción de inversiones. Con una regulación adecuada, seguramente podrán lograrse los objetivos previstos”, anticipó.
Problemas en la fabricación
Hoy en día, la industria solar de Brasil depende en su gran mayoría de la importación de componentes chinos. Esta situación es habitual en una gran cantidad de mercados. “En la industria nacional de módulos fotovoltaicos, por ejemplo, es común el montaje de estos componentes importados en fábricas nacionales. Esto implica costos muy elevados y escaso valor añadido, además de bajos retornos en términos de creación de empleo y atracción de inversiones, haciendo que el producto nacional sea mucho menos competitivo que el importado de China”, detalló Sene.
Según la experta, el producto nacional que hoy se ofrece en Brasil no cumple con todos los estándares de calidad adoptados internacionalmente, lo que hace “inviable su uso en grandes plantas”. “ABSOLAR defiende el desarrollo de una industria local fuerte y resiliente. En ese sentido, consideramos necesario un esfuerzo coordinado del Gobierno federal para desarrollar la cadena productiva en su conjunto, con fábricas de vanguardia que cumplan con criterios internacionales”, manifestó.
A fin de conseguir esto, prosiguió, será clave establecer una serie de incentivos para la fabricación local. “Me refiero a reducir la carga fiscal para las empresas, bajar los costos de electricidad en las plantas y la cadena logística, generar demanda y financiación para inversiones nacionales, promover la investigación y el desarrollo, y estimular la formación de mano de obra calificada. A la espera de que todo eso suceda, es importante mantener la importación de productos chinos para no impactar negativamente en los negocios del sector”, completó.
Artículo publicado por EconoJournal
Kommentare