El aumento del precio internacional y el ajuste de las restricciones ponen contra las cuerdas a los importadores de café, imposibilitados de cumplir con la demanda en plena temporada alta.
Las cadenas de cafeterías y los fabricantes de café son uno de los rubros más afectados por las trabas a las importaciones. Desde el sector, remarcan que su materia prima es 100% importada y que no tienen forma de reemplazarla: en la Argentina no se producen los granos de café que luego pasan a ser molidos y envasados por los fabricantes locales.
Por el cupo cada vez más limitado para la importaciones, la empresa Café Martínez tuvo que reducir la venta de sus cafés envasados en supermercados y sus exportaciones a países de la región para poder compensar la falta de su insumo principal y poder abastecer a sus 210 locales en el país, donde trabajan unas 3.000 personas, según detalló a Infobae Marcelo Salas, socio y director de la empresa.
La empresa Café Martínez tuvo que reducir la venta de sus cafés envasados en supermercados y sus exportaciones a países de la región para poder compensar la falta de su insumo principal y poder abastecer a sus 210 locales en el país
“Si la situación se mantiene y no podemos abastecer a los locales, la facturación caería un 45%”, alertó el directivo. Las limitaciones a la importación obligaron a la compañía cafetera a reducir sus exportaciones a los mercados de Uruguay y Paraguay, donde se comercializan sus productos y también hay locales de la marca. “Estábamos por entrar con la venta de café a los supermercados de Chile y tuvimos que dar marcha atrás. No podemos cumplir con los contratos y luego poder reconstruir ese canal nos va a llevar años, se pierde la confianza”, destacó Salas.
Otro empresario del sector, Martín Cabrales, aseguro que están intentando buscar una solución a la crisis. “Junto con el Banco Central y Desarrollo Productivo se busca solucionar este tema coyuntural en el corto plazo. Esperemos que se normalice todo pronto. Hoy el estado de los stocks es crítico”, explicó el empresario.
Salas explicó que, desde sus inicios en la década de 1930, Café Martínez solo atravesó una situación similar a la actual durante el primer Gobierno de Juan Domingo Perón, cuando se vieron obligados a dejar de importar café y lo reemplazaron con malta.
“El problema está en las medidas que se toman y en la total desconexión con las cámaras del sector y con los empresarios”, aseguró el directivo. El cupo que les otorga el Banco Central para acceder a los dólares necesarios para la importación toma como base las importaciones de 2020 y 2021, que fueron muy bajas por efecto de la pandemia. En ese período, además, el precio internacional casi se duplicó y pasó de USD 5 a los USD 9 o USD 10 actuales.
“Toda la venta en supermercado se va a retrasar, porque tenemos como prioridad abastecer a los locales, donde tenemos que proteger los empleos. Estimamos que hoy estamos entre 38% y 40% por debajo en la venta en los supermercados. En los locales de la cadena, el 50% de la facturación es la venta de café en grano (envasado) o para consumir en pocillo”, precisó Salas.
Con todo, destacó que hay un tiempo se reunieron con las autoridades del Banco Central para destrabar las importaciones pero que, a las pocas semanas, las nuevas medidas —más restrictivas— los volvieron a poner en la misma situación. “Nos achicaron más el cupo”, resumió el directivo. Ahora, la expectativa es reunirse con Daniel Scioli, que está al frente del ministerio de Desarrollo Productivo.
“Esta es temporada alta y se nos da una sumatoria de problemas. Al cepo para importar se agregan los problemas de transporte en Brasil, la falta de containers para el comercio exterior y, sobre todo, las fricciones políticas del país que no ayudan. Necesitamos algo de tranquilidad y de perspectiva”, destacó.
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