Se trata de un acuerdo firmado entre el Gobierno y Naciones Unidas destinado al Plan Nacional Argentina Contra el Hambre. La ministra de Desarrollo Social lo sacó de la órbita de Laura Alonso para dárselo a Leonardo Moyano, hombre de su confianza. En el Gobierno se habla de “todos contra La Cámpora y La Cámpora contra todos”
La proverbial sed de fondos discrecionales del kirchnerismo chocará con las necesidades individuales de un Frente en retirada.
El viernes pasado, Victoria Tolosa Paz le quitó el manejo de un proyecto de USD 217.152.442 solventado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, destinado al Plan Nacional Argentina Contra el Hambre, a una funcionaria camporista en favor de otro funcionario de la cartera social de su confianza y que milita en su propio espacio político “Camino a la Victoria”.
El Albertismo no ha tenido una piedra en el zapato más dolorosa e incómoda que la agrupación que dirige Máximo Kirchner cuyos tentáculos se han extendido a lo largo de todas las áreas de Gobierno. La avidez de “caja”, la voracidad con la que se ha manejado La Cámpora, ha sido sin dudas el sello distintivo del kirchnerismo.
Hoy no hay verdadero kirchnerismo por fuera de La Cámpora y no existe La Cámpora allí donde no haya un flujo de dinero importante, especialmente si se trata de fondos de uso discrecional, o controlado por organismos débiles.
Pero no hay que engañarse. El golpe infligido por Tolosa Paz no es una señal de independencia y personalidad. Esto hubiera sido así si se hubiese verificado hace un año o dos. Se trata simplemente de un manotazo en retirada a fondos que sin dudas irán a parar a alguna agrupación interna, en el mejor de los casos con fines electorales.
“La Cámpora contra todos, o todos contra la Cámpora”. Así definió un Secretario de Estado la interna que se vive en el Frente de Todos.
Hasta el 5 de mayo, el control y manejo de los fondos, con uso discrecional para desarrollar estrategias “del Programa de Abordaje Comunitario” y que está “centrada en el trabajo directo con organismos gubernamentales y organizaciones comunitarias que prestan servicios alimentarios regulares destinados a la población en situación de pobreza y vulnerabilidad social”, según se describe en la documentación oficial, estaba en manos de la Secretaría de Inclusión Social, a cargo de la dirigente camporista Laura Valeria Alonso, licenciada en trabajo social, de estrecha relación con los dos principales referentes kirchneristas y de La Cámpora: el diputado nacional Máximo Kirchner y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
El multimillonario programa pasó a la Secretaría de Articulación de Política Social, cuyo titular es Leandro Moyano, un hombre de extrema confianza de Toloza Paz y militante de su espacio político “Camino a la Victoria”.
El escrito reza: “Buenas tardes, Queremos informarles que a partir de la RS-2023-51186931-APN-MDS del día viernes 5/5 del corriente, La Sra Ministra de Desarrollo Social ha decidido transferir los recursos físicos y humanos, la gestión e implementación del Proyecto PNUD ARG-20/004,’ABORDAJE COMUNITARIO DEL PLAN NACIONAL ARGENTINA CONTRA EL HAMBRE’, de la SECRETARÍA DE INCLUSIÓN SOCIAL a la SECRETARÍA DE ARTICULACIÓN DE POLÍTICA SOCIAL. No se nos ha informado y desconocemos cómo será la continuidad operativa y la modalidad de trabajo a partir de esta novedosa decisión. Por lo que, a todo evento, deberán remitirse al funcionario político de la Secretaría de Articulación de Políticas Sociales, el Sr Leonardo Moyano. Agradecemos a los y las trabajadores/as y a las organizaciones de la comunidad por estos años de trabajo conjunto”.
Hace unos años el plan fue “borrar todo”.
Estos movimientos de presupuesto solo confirman la percepción de Gobierno saliente que reina en el Frente de Todos y la pérdida de presencia de la organización kirchnerista. Es de esperar que eventos de este tipo se repitan durante los próximos meses.
Hoy probablemente se trata de dirigir estos fondos hacia las necesidades electorales que la fragmentación del gobierno irá volviendo cada vez más personales. Una especie de “sálvese quien pueda”, o quédese quien tenga plata para pagarse una campaña o negociar un puesto en algún lugar, y esto es solo posible con caja.
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