Pocas horas después de haber sido ungido en un confuso proceso como candidato a Presidente por Unión por la Patria, el actual Superministro habló en un acto partidario en el que replicó las excusas de Alberto Fernández por la pésima gestión del Gobierno del que es parte fundamental y dejó expuestas todas sus debilidades
Por Emiliano Damonte Taborda
Sergio Massa con Axel Kicillof, Eduardo de Pedro y Máximo Kirchner
En Lomas de Zamora, junto a Axel Kicillof y Máximo Kirchner, Massa habló en publico por primera vez después de haber sido nombrado como precandidato a Presidente. En sus pocas palabras, quedó expuesto el gran problema que deberá afrontar en su camino hacia las elecciones: la desastrosa gestión económica que ha encabezado el último año y que tiene al país al borde de la hiperinflación y el default.
Con "los ñoquis de La Cámpora"
Es que se vuelve muy dificil diferenciarse de lo que tan estrechamente te rodea, ahí estaba el “nuevo” candidato, rodeado por los “ñoquis de La Cámpora” teniendo que convencer a todos de que no forma parte del rotundo fracaso del Frente de Todos primero, para luego convencer al kirchnerismo de que no los va a “meter presos” y a los peronistas de que va a controlar al kirchnerismo. En realidad son muchos más los actores a convencer, pero reduzco por cuestión de tiempo e interés.
Si algo ha quedado claro tras el fracaso de Alberto, Cristina y Massa, es que la bolsa de gatos que era el Frente de Todos, solo amenaza con aumentar su desorden y conflictividad en el futuro.
Massa muy parecido a Alberto
Massa agradeció al ala kirchnerista por el apoyo recibido (que Cristina misma negó) y definió a Wado de Pedro como uno de los “arquitectos en la conformación del espacio”. Semejante grado de obsecuencia nos llevó rapidamente a los discursos melosos de Alberto cuando todavía aspiraba a seducir a la Reina.
Entonces arrancó con la lista de justificaciones de su actual Jefe, Alberto Fernández, que “La sequía le sacó a la Argentina 20 mil millones de dólares”, que “nos tocó enfrentar la pandemia”, que el Fondo, la guerra, y que “acá estamos para decirles a los argentinos que no nos van a vencer, ni esos ni ningún problema, porque estamos dispuestos a enfrentarlos”.
Entonces increíblemente envalentonado por la sucesión ofensiva de excusas, siguió contando los efectos que la falta de gestión del Gobierno ha tenido. “Sé que hay muchos que están enojados con nosotros, con la política, con las frustraciones constantes, con la plata que no alcanza, con la inseguridad. Eso, de alguna manera, a nosotros nos obliga a más”
Con el país postrado y desbordado por la inflación, la caída de su raquítica producción y con índices de pobreza récord, un Masa muy parecido a Alberto (casi le crece el bigote) concluyó diciendo que «hay dos modelos de país, que se resumen en la idea de saber si la Argentina tiene o no distribución del ingreso. Si la Argentina tiene inversión pública o no. Si la Argentina tiene autonomía y soberanía o es un país dependiente»
Con Massa, la derrota no es de Cristina
El kirchnerismo durmió a Massa y lo dejó afuera del armado que realmente le importaba. Hoy Massa entusiasta se encamina a tomar sobre su espalda la derrota más grande de la historia del peronismo, mientras los demás se acomodaron para ver qué vientos soplan en el futuro.
Solo una cosa le sobra a Massa: ambición y falta de escrúpulos, y eso lo transforma en el “peronista” más consistente como candidato. Habrá que ver cómo hace para despegarse de la derrota de todos, y aparecer cómo una propuesta potable. Ahora, a ojo de buen cubero, parece encaminado a chocar contra un paredón, sin frenos, sin dirección y con la caja rota.
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