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Rogelio Frigerio: Aquellos que no queremos volver atrás debemos estar juntos en 2025

El Gobernador de la Provincia de Entre Ríos, entrevistado por Matías Moreno del diario La Nación, resaltó la importancia de mantener abiertos los puentes de diálogo con el Gobierno Nacional y su respaldo al estricto “equilibrio fiscal” que sostiene la gestión de Miliei; Frigerio recuerda la importancia de que el presupuesto se apruebe en tiempos razonables y a la hora de analizar la gestión de Milei afirma con prudencia, “yo creo que los políticos y los economistas necesitamos un baño de humildad. Hemos llevado a la Argentina a un lugar trágico, con un 50% de argentinos por debajo de la línea de pobreza”; el Gobernador se declara dispuesto a pelear por los fondos que le corresponden por derecho a los entrerrianos y la provincia de Entre Ríos concretó este jueves una demanda ante la Corte Suprema en la que le reclama al Gobierno Nacional 175 millones de dólares la deuda generada por excedentes de la represa de Salto Grande


Rogelio Frigerio
Rogelio Frigerio


Frigerio es un hombre que conoce muy bien los caminos de la política y evita desequilibrios innecesarios. Se muestra consciente del delicado momento social y predica una institucionalidad robusta. Su relación con Milei no escapa a las condiciones que ya son conocidas, con coincidencias y tensiones.  La provincia de Entre Ríos concretó este jueves una presentación ante la Corte Suprema en la que le reclama a Nación 175 millones de dólares la deuda generada por excedentes de la represa de Salto Grande, con lo que demuestra estar dispuesto a reclamar sin matices los fondos que le corresponden a su provincia, sin embargo comprende que de cara a 2025 y sobre todo para evitar “volver hacia atras” es fundamental que hay diálogo y que los que buscan un cambio lleguen unidos a las elecciones de medio término.


A continuación transcribimos los pasajes más destacados de la entrevista publicada por La Nación


-Usted asistió hace unos días a un almuerzo en la Casa Rosada, ¿qué resultados obtiene de las charlas con Milei?


-Esa fue una reunión a la que nos invitó el Presidente; no fue solicitada por nosotros. En consecuencia, no había una agenda de trabajo. Sin embargo, planteamos algunas cuestiones sobre las que venimos hablando desde hace rato, vinculadas con el cumplimiento de normas, leyes y la Constitución. Más allá de que fue una reunión positiva, con buena predisposición, no podría decir que tenemos una respuesta concreta a estos pedidos.


-¿Los dialoguistas sienten que no los compensan por el apoyo que le dan a Milei en el Congreso?


-Los respaldos que he dado en leyes o iniciativas, como el Pacto de Mayo, no han sido para negociar otra cosa. Eso tuvo que ver con mis creencias o mis coincidencias con el Gobierno en algunos puntos importantes. No hay un “toma y daca” en ese apoyo. Muchas de las cosas que plantea el Gobierno había que hacerlas. Por otro lado, insisto en que mis planteos tienen que ver con el cumplimiento de leyes y pactos preexistentes. Espero también que el Gobierno finalmente adopte la misma postura que tuvimos nosotros: apoyar lo que hay que apoyar.


-¿Va a seguir cooperando en caso de que no haya una respuesta a las demandas por las deudas con las cajas previsionales u obras? Por ejemplo, ¿va a apoyar la sanción del Presupuesto o exigirá modificaciones?


-Yo creo que los gobiernos deben tener un presupuesto. Y ese debe ser, esencialmente, el que presenta el Poder Ejecutivo. Por supuesto, uno tiene que escuchar propuestas y mejoras de todo el arco político. En los márgenes tiene que haber espacio para el diálogo y la búsqueda de consensos sobre cuestiones importantes para todas las partes. Espero que el Congreso no sea una escribanía, sino un lugar de debate y que el Gobierno pueda llevarse su presupuesto con los aportes de quienes queremos que a Milei le vaya bien.


-Hay opositores que sospechan que el Gobierno dilata el debate porque prefiere prorrogar el presupuesto actual. ¿Tiene la misma intuición?


-No creo que sea así. Todos los que gobernamos necesitamos un presupuesto. Y, además, sería una muy mala señal para los mercados no contar con la herramienta fundamental de gestión para cualquier gobierno que es el presupuesto.


-Si Milei no paga las deudas de las cajas previsionales, ¿usted podría sufrir una crisis financiera en su distrito en 2025? Se avecina un año electoral.


-No lo veo en función del año electoral. Nosotros hemos pasado un año muy difícil en todas las provincias. Algunas lo han sufrido menos porque tenían finanzas más robustas. En el caso de Entre Ríos, nos encontramos sin un peso y con deudas en dólares que tuvimos que afrontar ni bien arrancamos la gestión. También sufrimos, por lo menos hasta septiembre, una caída en la recaudación de casi 20 puntos respecto al año pasado. Hoy, las provincias están sufriendo la mayor caída de recursos de la historia por distintos motivos. El principal responsable de esta caída es la modificación del impuesto a los ingresos personales del año pasado. En segundo lugar, la baja del consumo y de la actividad que impacta en impuestos coparticipables muy importantes, como el IVA. Y, en tercer lugar, el hecho de que el gobierno nacional haya llevado prácticamente a cero las transferencias discrecionales. Esto generó un combo muy difícil para los gobiernos provinciales que están gestionando con menos recursos y con más responsabilidades como nunca antes hemos visto.


-Dice que el Gobierno delega competencias en las provincias sin girar los recursos.


-Bueno, no solo por el corrimiento del gobierno nacional de algunas de algunas funciones que antes asumía, sino porque hay creciente demanda en los comedores comunitarios, en las escuelas públicas y los hospitales públicos. Así que estamos con una situación muy difícil. Y, por supuesto, voy a pelear por los recursos que por derecho le corresponden a Entre Ríos y que no están llegando.


-¿Le resulta difícil o incómodo plantarse frente al Gobierno por el apoyo del electorado de Pro a Milei? ¿No tiene margen para presionar por los recursos?


-Siempre creo que el camino es el diálogo político. Y arrancamos promoviendo ese diálogo. Después hicimos los reclamos por vía administrativa y en algunos casos llegamos a la Corte Suprema de Justicia. Pero yo no estoy discutiendo por recursos, sino por derechos, el cumplimiento de la ley y de las normas.


-¿La economía se estabilizó y ya hay señales de reactivación, como sostiene Milei?


-Es indudable que hay indicios incipientes de recuperación en algunos sectores de la economía. Y, evidentemente, la inflación está empezando a ceder. Yo no tengo la bola de cristal para saber si esto va a seguir así en el futuro, pero apuesto a eso, porque la Argentina necesita crecer y consolidar esta baja de la inflación. Y vamos a hacer lo que esté a nuestro alcance para ayudar a que estos objetivos se logren.



-¿El Gobierno comete un error al demorar el levantamiento del cepo?


-Yo creo que los políticos y los economistas necesitamos un baño de humildad. Hemos llevado a la Argentina a un lugar trágico, con un 50% de argentinos por debajo de la línea de pobreza. Yo voy a ser muy prudente a la hora de señalar errores, porque creo que gobernar la Argentina es muy difícil. Con lo cual considero que a este gobierno hay que darle tiempo. Y espero que encuentren la salida a esta situación. Pero me parece un acto de pedantería decir que debemos salir del cepo más temprano que tarde o que hay que adoptar determinadas políticas específicas.


-¿El Pro y LLA deben compartir listas en 2025? Por lo que dice, va a seguir apoyando al Gobierno y concuerda con el rumbo que trazó Milei.


-Tengo muchos acuerdos, pero también algunas diferencias respecto de la gestión del Gobierno. Desde el punto de vista electoral considero que debemos confluir aquellos que pensamos más o menos parecido y que no queremos volver atrás. Hablo de los que creemos en la democracia, en el desarrollo del sector privado, en el equilibrio de las cuentas públicas o en vincular a la Argentina con otras democracias occidentales. Sería una picardía que no confluyamos en una misma estrategia electoral los que más o menos pensamos parecido.


-¿Y cuáles son sus diferencias con Milei?


-Una diferencia clara es que el Gobierno está dilatando mucho el cumplimiento de compromisos vinculados con las provincias. Estoy de acuerdo en ordenar el desastre con el que convivimos los argentinos durante muchas décadas respecto a las responsabilidades de cada nivel de gobierno. Incluso ese un problema que afecta a la calidad de la democracia, porque la gente no sabe a quién demandar o exigir cuando los servicios o los bienes públicos llegan mal o en baja cantidad. Ese ordenamiento se debe hacer. Pero, por supuesto, una vez que se precisen los roles y las responsabilidades, hay que definir también el financiamiento de esas competencias. Y eso no está ocurriendo.


-¿Es sostenible la suspensión de la obra pública que dispuso Milei desde que asumió?


-Estamos de acuerdo en incorporar el financiamiento privado en las obras de infraestructura. Pero hay lugares donde no hay incentivo para el sector privado, y allí es indispensable la inversión en obra pública. Por eso, considero que en un país tan desigual y heterogéneo como la Argentina, la obra pública es estratégica y fundamental.


-¿Concuerda con Macri en que Milei debe fortalecer la institucionalidad?


-Prefiero opinar sobre cuestiones concretas y no tan vagas. Yo creo que cumplir con todo lo que dictamina la Constitución o las leyes es indispensable. Pero no sé concretamente a qué se refiere.


-Por ejemplo, los ataques de Milei al Congreso, la hostilidad hacia la prensa o la apuesta por Ariel Lijo para cubrir una vacante en la Corte.


-Si es un tema de formas, no son las mías. Ahora tampoco creo que eso determine un gobierno. En los últimos 40 años de democracia, hemos tenido presidentes con buenas formas y con malas formas. En general, nos ha ido muy mal con unos y otros. Con lo cual ahí no radica el problema, sino en resolver los problemas de la gente. Dicho esto, yo prefiero un estilo diferente, pero no soy psicólogo ni analista político como para ponerme a debatir sobre eso.


-¿Usted se siente de Pro o piensa en construir una alternativa que integre a los libertarios, radicales y peronistas en su distrito?


-Yo apuesto a que aquellos que pensamos más o menos parecido acerca del norte al cual hay que llevar el país y, en particular, nuestra provincia, compartamos un espacio. Después de esta última elección ha habido un cambio drástico de la composición política-partidaria de la Argentina. Y, obviamente, eso va a generar nuevas configuraciones en las fuerzas políticas. Insisto en que aquellos que no queremos volver atrás, que queremos un cambio para la Argentina, vinculado con la estabilidad macroeconómica como condición necesaria, pero con políticas de desarrollo económico y social como condición suficiente, debemos confluir. Básicamente, aquellos que promovemos el sentido común a la hora de tomar decisiones en la política tenemos que estar todos juntos. Yo trabajo para eso.


-¿Usted se siente de Pro o no?


-Sí, claro, pero yo soy más de Juntos por Entre Ríos, que es el espacio que hemos construido y que ha permitido un cambio después de muchas décadas en mi provincia, precisamente vinculado con estos valores y este norte para la gente.


-¿Cómo evalúa la conducción de Macri en Pro? ¿Cree que prioriza salvaguardar a la Capital? Reclamó por la coparticipación, pero no hubo un pedido público por la deuda con las cajas previsionales.


-Quizás no se ve públicamente, pero me consta que plantea ante los funcionarios nacionales estos problemas que nosotros transmitimos en el seno de la mesa ejecutiva de Pro. No me siento discriminado.


-¿Hay una estrategia nítida de Macri para sortear la crisis de representación que atraviesa el Pro?


-Es muy difícil exigir claridad después de dos derrotas consecutivas en 2019 y 2023. Eso genera en cualquier espacio político una situación de mucha incertidumbre. Pero se está haciendo el esfuerzo para conseguir un orden y poder ubicar al Pro en el lugar que debe tener, que es el de la defensa de esos valores que alguna vez determinaron la génesis de este partido y también de lo que fue Cambiemos.


-Habla de los “valores” de Pro. ¿Recibió consultas del Gobierno por los pliegos de los 150 jueces, defensores y fiscales que enviará al Senado?


-No hubo ningún diálogo.


-¿Milei quiere gobernar por decreto y no respeta las mayorías del Congreso? Ya vetó dos leyes, como la reforma jubilatoria o la ley de financiamiento universitario, sancionadas por la oposición.


-No creo que nadie quiera gobernar por decreto. Es mucho mejor gobernar con el apoyo de la mayoría. El problema es que estamos frente a un gobierno con una debilidad muy marcada en términos de senadores y diputados en el Congreso. Por consiguiente, necesariamente va a usar el veto más que otros. Me gustaría que haya más amplitud o más vocación para aceptar algunas cuestiones que, en muchos casos, son marginales en los proyectos. Eso favorecería la búsqueda de acuerdos que limitarían la necesidad de usar estos vetos como la herramienta de gestión.


-¿Qué significa el regreso de Cristina Kirchner como conductora del PJ?


-Lo primero es sorpresa, porque entiendo que la exvicepresidenta nunca tuvo demasiado apego por la vida partidaria del PJ. Pero también habla a las claras de la dificultad que tiene el peronismo de generar nuevos liderazgos y poder presentarse ante la sociedad con una mirada distinta a lo que han planteado sus últimos gobiernos, que claramente han fracasado y nos han llevado a este lugar de tanta miseria y atraso.


-¿Cristina Kirchner puede convertirse en una amenaza o una construcción que desafíe a Milei?


-Yo no la veo como una amenaza, forma parte del pasado de la Argentina. Es un pasado, además, que la gran mayoría de los argentinos quiere dejar atrás. Y para dejarlo atrás hay que hacer las cosas bien y darle respuestas concretas a la ciudadanía que la está pasando muy mal. Todos debemos ayudar para que eso ocurra.


-¿Hay similitudes entre el estilo de gobernar de Milei y del kirchnerismo?


-¿Estamos hablando de las formas? No sé… En un país con un 50% de pobres y con jóvenes que sienten que no tienen futuro, las formas [de Milei] no son una prioridad; nadie lo pone como una prioridad. La gente está poniendo el foco y la atención en otra cosa, habida cuenta de lo dramático de la situación.


-¿A Milei le falta una mirada federal? Durante la presentación del Presupuesto, les pidió más ajuste a los gobernadores.


-No creo que haya una política deliberada para ahogar a las provincias. Lo que más impacta hoy en las cuentas públicas, por lo menos hasta septiembre, fue una medida del año pasado. Falta una instancia de diálogo para poner arriba de la mesa el cumplimiento de la ley respecto a recursos provinciales. Insisto en que no es una cuestión de pedir plata, sino de sentarnos en una mesa y ver cómo hacemos para cumplir con la Constitución, con las normas, con los pactos, de una manera que no ponga en riesgo un activo para todos los argentinos, que es el equilibrio de las cuentas públicas.


Hay una diagonal entre sostener y defender el equilibrio fiscal de la Nación, pero también hacerlo en las distintas provincias. Eso es muy importante para la estabilidad macroeconómica. Falta sentarnos en una mesa y definir cómo lo logramos.


-¿Qué efecto imagina que podría tener el triunfo de Trump en Milei y en la economía de la Argentina?


-Tendríamos que aprovechar el vínculo evidente que hay de amistad personal entre Milei y el presidente de Estados Unidos y esperar que, a través de esa relación, podamos defender el interés nacional.


-¿Le preocupa que Milei apueste a radicalizar la política exterior? Milei anunció una “auditoría” en Cancillería tras desplazar a Diana Mondino.


-La política exterior de los países no tiene que estar siempre a merced de los cambios en las elecciones. Los países desarrollados tienen una política exterior consistente en el tiempo. Todavía la Argentina está un paso atrás, pero espero que en el futuro pueda lograrlo.


-¿El Pro debe tener un candidato a presidente en 2027?


-Me cuesta muchísimo siquiera ponerme a pensar algo para el 2027 con las enormes responsabilidades que tengo hoy como gobernador de Entre Ríos. Yo estoy abocado a eso.


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