Se empieza a preparar la temporada de verano, y el tema de los residuos permanece como uno de los daños más agresivos que sufren nuestras costas. Los números de este informe son de la temporada de verano 2022/2023 y establecen que más del 70% de los residuos en las playas bonaerenses son plásticos
Un problema que se incrementa cada año
Más del 70% de los residuos de las playas bonaerenses son plásticos, arrojó como resultado la sexta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina, organizado por diferentes organizaciones en las principales ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires, donde participaron más de 400 voluntarios, informó este miércoles la Fundación Vida Silvestre Argentina.
«Es uno de los problemas ambientales globales que más empeoró en los últimos años, generando graves consecuencias: daña especies y hábitats marinos muy valiosos y, al pasar a través de la red trófica y llegar al ser humano, pone en riesgo nuestra propia salud», aseguraron desde la Fundación.
Toneladas de basura
Según explicaron, toneladas diarias de basura llegan a los mares a través de los sistemas de drenaje urbanos (como las bocas de tormenta y los pluviales), la desembocadura de los ríos y por la acción del viento que los traslada, sumado a lo que directamente arrojan las personas en los ambientes costeros o la descarga desde las embarcaciones.
A su vez, el mar recoge los residuos durante la marea alta y los transporta hacia otros sitios, que pueden no ser el origen de estos residuos. T
De todos los residuos sólidos posibles, los plásticos son los más abundantes en el mar y las costas y debido a la erosión producida por el sol, el mar o los microorganismos, estos residuos se van transformando en fragmentos cada vez más pequeños, como los microplásticos (menores de 5 mm) y los nanoplásticos (menores de 1 um).
«Al ser consumidos por los organismos marinos, estos contaminantes pasan a través de la red trófica llegando inclusive al ser humano», advirtieron desde Vida Silvestre y precisaron que los seres humanos consumen unos 5 gramos de microplásticos por semana a través de los alimentos, el agua y el aire; es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.
«Es claro que a pesar del crecimiento exponencial de iniciativas voluntarias y regulaciones nacionales y regionales que ya existen, no hay señales de que la cantidad de plástico que ingresa al océano se esté desacelerando», agregaron desde la organización y llamaron a «evaluar las realidades particulares y establecer qué tipo de regulaciones son necesarias, con la finalidad de frenar y revertir la contaminación por plástico».
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