La producción nacional de arroz cayó 21%, la más baja de los últimos 13 años
- Emiliano Damonte
- 28 ago 2023
- 3 Min. de lectura
La superficie cultivada con arroz en Argentina en el ciclo 2022/23 registró una caída del 16 %, mientras que la producción se redujo un 21% en relación a la campaña precedente y se posicionó como la más baja de los últimos 13 años. La gestión de Dominguez al frente de Agricultura fue mala, y la del entrerriano Bahillo bajo la dirección de Massa fue "inexistente"

Sergio Massa y Juan José Bahillo, caras de un Gobierno que solo buscó al campo cuando se quedó sin dólares en el BCRA
Todos hemos sido testigos de las sequías recurrentes de los últimos años, y aunque no hayamos sido del todo concientes de esto, hemos sido también testigos de la pasividad de las gestiones nacionales de Agricultura ante estos procesos, lo que sumado a la brecha cambiaria y al caos económico, llevó a los sectores productivos a situaciones extremas que no han encontrado respuestas. Si la gestión de Domínguez fue decepcionante, la del entrerriano Bahillo bajo la dirección de Sergio Massa fue simplemente nula. Es como si no hubiera estado.
La Bolsa de Comercio de Santa Fe, la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, la Bolsa de Comercio del Chaco y la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, dieron a conocer el informe de producción de arroz en el ciclo 2022/23 en Argentina.
Arroz en retroceso
La superficie cultivada con arroz en Argentina en el ciclo 2022/23 registró una caída del 16 % (34.800 ha): se posicionó en 182.300 hectáreas (ha).
Por tercer año consecutivo, la época estival estuvo bajo la influencia de “La Niña” y aunque es el escenario donde normalmente el cereal alcanza su máximo potencial, se registraron severos inconvenientes en las labores de riego que provocaron la pérdida del 9 % (17.150 ha) del área sembrada.
El informe final destaca que la impactante sequía consumió el agua de las represas (que llegaron a un nivel donde ya no eran capaces de funcionar), los cuerpos de agua empleados como fuente de riego en Corrientes se redujeron significativamente y, además, la bajante histórica del río Paraná y Bermejo perjudicó las tareas de riego.

Las sequías castigaron severamente a un sector abandonado por el Estado
La temperatura, fue otro factor de alto impacto en el rendimiento.
Por un lado, hubo máximas muy superiores a los promedios históricos (que en algunos casos limitó el normal llenado de los granos) e incrementó sensiblemente la evaporación de las represas y los lotes. Además, a mediados de febrero se registró un abrupto descenso de la mínima que generó el vaneo de la panoja.
El rendimiento promedio registró una caída interanual del 3 % (234 kg/ha), mientras que, en relación al promedio del último lustro la merma fue del 2 % (151 kg/ha). El rendimiento promedio en relación al área cosechada fue de 6.783 kg/ha, mientras que en relación al área sembrada es de 6.145 kg/ha. Por otra parte, si se considera el rendimiento obtenido en función del área total cultivada, el valor tuvo una disminución interanual del 6 % (392 kg/ha), cabe citar que en el ciclo 2021/22 el valor fue de 6.537 kg/ha.
El tipo comercial largo fino abarcó aproximadamente el 86 % (156.000 ha) del área cultivada, con un rendimiento promedio sobre lo cosechado de 6.975 kg/ha y una participación de la producción del 87 % (980.000 t).
El tipo comercial largo ancho representó el 7 % (12.300 ha), con un rendimiento promedio sobre lo cosechado de 5.424 kg/ha y generó el 6 % (65.900 t) de la producción.
Finalmente, los tipos comerciales denominados especiales, significaron el 8 % (14.000 ha), con un rendimiento promedio sobre lo cosechado de 5.947 kg/ha y englobó el 7 % (74.335 t) de las toneladas totales.
La producción nacional se ubicó en 1.120.235 toneladas (t), un 21 % (298.865 t) menos que la campaña precedente y posicionándose como la más baja de los últimos 13 años.
Ausencia del Estado
Ante esta suma de factores, hubiera sido esperable una presencia robusta de la Secretaría de Agricultura de la Nación y una posición de respaldo de parte de Economía. Sin embargo el Superministro solo se acordó del campo cuando tuvo que salir a buscar dolares para robustestecer las raquíticas reservas del BCRA, generando todo tipo de desequilibrios en las economías regionales, de las cuáles se nutre fundamentalmente la industria arrocera.
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