Más de 200 revistas de salud de todo el mundo se han reunido para publicar simultáneamente un editorial llamando a los líderes mundiales y a los profesionales de la salud a reconocer que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son una crisis indivisible. Y que deben abordarse juntos para preservar la salud y evitar una catástrofe sanitaria
La crisis climática y la perdida de biodiversidad nos dejan en medio de una emergencia sanitaria
Una emergencia global
La crisis climática debería ser una emergencia sanitaria global. Los autores dicen que es un “error peligroso” responder a la crisis climática y a la crisis natural como si fueran desafíos separados e instan a la Organización Mundial de la Salud a declarar esta crisis indivisible como una emergencia sanitaria global.
La salud humana se ve dañada directamente tanto por la crisis climática como por la crisis de la naturaleza. Y las comunidades más pobres y vulnerables suelen ser las que deben soportar la mayor carga, escriben.
El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, la contaminación del aire y la propagación de enfermedades infecciosas son algunas de las principales amenazas a la salud exacerbadas por el cambio climático.
Por ejemplo, el acceso al agua potable es fundamental para la salud humana. Pero la contaminación ha dañado la calidad del agua, provocando un aumento de las enfermedades transmitidas por el agua. Y la acidificación de los océanos ha reducido la calidad y cantidad de productos del mar de los que dependen miles de millones de personas para alimentarse y ganarse la vida.
Proteger la biodiversidad es vital
La pérdida de biodiversidad también socava la buena nutrición y limita el descubrimiento de nuevas medicinas derivadas de la naturaleza. Mientras que los cambios en el uso de la tierra han obligado a decenas de miles de especies a entrar en contacto más estrecho, aumentando el intercambio de patógenos y la aparición de nuevas enfermedades y pandemias.
Las comunidades son más saludables si tienen acceso a espacios verdes de alta calidad que ayuden a filtrar la contaminación del aire y del agua. Reduzcan la temperatura del aire y del suelo. Y brinden oportunidades para la actividad física.
Conectarse con la naturaleza también reduce el estrés, la ansiedad, la soledad y la depresión. Al tiempo que promueve la interacción social, beneficios que se ven amenazados por el continuo aumento de la urbanización.
Compromisos que se deben cumplir
En diciembre de 2022, la conferencia sobre biodiversidad (COP) acordó la conservación y gestión efectiva de al menos el 30% de la tierra, las zonas costeras y los océanos del mundo para 2030.
Sin embargo, los autores señalan que los científicos del clima y la naturaleza que proporcionan la evidencia para las COP provienen de diferentes ramas y muchos compromisos no se han cumplido.
“Esto ha permitido que los ecosistemas se vean aún más afectados y cada vez más al borde del abismo. Aumentando considerablemente el riesgo de fallos en el funcionamiento de la naturaleza”, advierten.
“Incluso si pudiéramos mantener el calentamiento global por debajo de un aumento de 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales, todavía podríamos causar daños catastróficos a la salud al destruir la naturaleza”. La crisis climática debería ser una emergencia sanitaria global.
Emergencia sanitaria
Este riesgo, combinado con los graves impactos en la salud que ya se están produciendo, implican que la Organización Mundial de la Salud debería declarar la indivisible crisis climática y natural como una emergencia sanitaria global. Antes o en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2024, escriben.
Para hacer frente a esta emergencia es necesario armonizar los procesos de la COP, añaden. Como primer paso, las respectivas convenciones deben impulsar una mejor integración de los planes climáticos nacionales con equivalentes de biodiversidad.
Salud y naturaleza
Los profesionales de la salud deben ser poderosos defensores tanto de la restauración de la biodiversidad, como de la lucha contra el cambio climático por el bien de la salud. Mientras que los líderes políticos deben reconocer tanto las graves amenazas a la salud derivadas de la crisis planetaria como los beneficios que pueden derivarse para la salud al enfrentar la crisis. «Pero primero, debemos reconocer esta crisis como lo que es: una emergencia sanitaria mundial».
Kamran Abbasi, editor en jefe de The BMJ , dice: “La crisis climática y la pérdida de biodiversidad dañan la salud humana y están interrelacionadas. Por eso debemos considerarlas de manera conjunta. Y declarar una emergencia sanitaria global. No tiene sentido que los científicos y políticos del clima y la naturaleza consideren las crisis de salud y naturaleza como dos asuntos separados”.
Y añade: “El público confía mucho en los profesionales de la salud. Por lo que estos tienen un papel central que desempeñar en la articulación de este importante mensaje. Y en la promoción del mismo, para que los políticos reconozcan y tomen medidas urgentes para abordar la emergencia sanitaria mundial”. La crisis climática debería ser una emergencia sanitaria global.
Referencia: artículo publicado en The BMJ, The Lancet, JAMA, Medical Journal of Australia, East African Medical Journal, National Medical Journal of India y Dubai Medical Journal.
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