El Rey de Copas, debe más de 20 millones de dólares solo relacionados a la gestión deportiva; las ultimas gestiones dejaron el club al borde del abismo
Doman recibió la gestión del club de Avellaneda de manos del Camionero Hugo Moyano
23.500.000 dólares es la escalofriante suma a la que asciende la deuda global que Independiente acumula por impagos de pases, salarios, comisiones o derechos de formación de jugadores y entrenadores que pasaron o en algún caso todavía están en el club. El número es extraoficial y está calculado en función de dolarizar los importes establecidos en euros y pesos argentinos (en este caso, de acuerdo a la cotización oficial), aunque fuentes de la institución confirman que la cifra es muy cercana a la real, que podrá saberse con más precisión en los próximos días.
Inmerso en una problemática actualidad futbolística, con 5 partidos sin triunfos (el equipo solo ganó en la primera fecha del actual torneo ante Talleres) y con un ambiente muy crispado en los partidos disputados como local (dos derrotas y un empate), este baño de realidad económica explica de alguna manera la situación que atraviesa el equipo.
El listado que se dio a conocer incluye 27 conceptos, cruza tres administraciones de la entidad, ya que abarca desde los tiempos de Javier Cantero, los ocho años de Hugo Moyano y los cinco meses que han transcurrido desde la toma de posesión de la actual comisión directiva que preside Fabián Doman, pero sobre todo incluye nombres sorprendentes. Ahí aparecen desde Roberto Battión, volante central que jugó en el Rojo entre 2010 y 2013, al padre de Patricio Patito Rodríguez, que dejó el club en 2012, pasando por Miguel Ángel Brindisi, técnico en los últimos diez partidos de la temporada 2012-13 y los primeros disputados en la 2013-14. Aunque sin duda el mayor porcentaje del pasivo pertenece al período de gobierno de la familia Moyano.
Las dificultades que existen para establecer la cuantía concreta de la deuda estriban en que no todas las deudas revisten iguales características. Hay algunas de cumplimiento en los próximos 120 días, que son las más preocupantes para las actuales autoridades, ya que impedirían la incorporación de jugadores en el mercado de mitad de año. Son las contraídas con el América de México por el pase del paraguayo Cecilio Domínguez (5,7 millones de dólares), por la que el club ya ha sido inhibido por la FIFA, además de las firmadas con Gastón Silva (1,35 millones) y con Pablo Hernández (395.000 dólares), que también son susceptibles de ser sancionadas por el máximo organismo del fútbol mundial.
El resto, si bien forma parte del pasivo global que hace temblar la tesorería de la institución, tiene otras peculiaridades. Por ejemplo, la primera cuota de los dos millones de dólares a pagar al Elche por la transferencia de Iván Marcone vence en junio, algunas obligaciones de pago como las contraídas con Barrio Obrero de Uruguay ya se está cumpliendo de manera periódica debido a acuerdos con los acreedores y otros impagos (Martín Campaña, Gastón Silva) se encuentran en pleno período de negociación para acordar una forma de abono que conforme a ambas partes.
Las abultadas deudas con Gonzalo Verón y Fernando Gaibor son los dos casos más especiales, ya que una se encuentra pendiente de sentencia en una demanda radicada en un juzgado de Avellaneda y la otra depende de un juicio realizado ante la FIFA.
En relación con el delantero, que actualmente juega en la Universidad de San Martín de Porres (Perú), el futbolista pide 6,2 millones de dólares, el embargo que se decretó en primera instancia y luego quedó sin efecto fue por 4,8 millones, y en el club confían que el fallo final esté en torno a los 1,8 millones. Por su parte, la causa iniciada en la FIFA por el volante ecuatoriano será apelada por Independiente y la resolución definitiva demorará todavía varios meses.
“El hincha debería entender que en esta situación si se consiguen 6 millones de dólares habrá que usarlos para pagarle al América y no para comprar un número 10 que meta tres pases de gol por partido”, enfatiza un allegado muy cercano a la actual directiva: “Por eso suena muy injusto que se silbe a los jugadores en estas circunstancias”.
Ante la imposibilidad de solicitar créditos bancarios, en lo inmediato y como intento para afrontar los casi 7 millones de dólares que solucionarían las inhibiciones -actuales y posibles- para la próxima ventana de mercado, existe la intención de poner en marcha un fideicomiso. Esa cuenta recibiría aportes particulares, “que en ningún caso significará entregar derechos federativos”, según se aclara desde el interior del club. A tal efecto, la entidad organizará eventos con el fin de atraer a hinchas y socios que quieran y estén en condiciones de colaborar.
La futura devolución de esos préstamos se llevaría a cabo a medida que el Rojo pueda ir generando recursos. “La mayoría de las compras que se hicieron este verano fueron gente joven con valor de reventa, porque por ahí pasa la salvación económica”, aseguran las mismas fuentes. El pasivo a más largo plazo requerirá a su vez de negociaciones con los acreedores y de que esas pretendidas transferencias generen el dinero suficiente para afrontarlas.
El proceso, en todo caso, requerirá tiempo (hay quien establece el plazo en alrededor de dos años). “Ganar el campeonato económico”, una frase ya que se ha hecho carne en el fútbol argentino, pasó a ser prioridad absoluta también en Independiente. Con más de 23 millones de dólares en deudas, es quizás la vuelta olímpica más importante que el futuro cercano le presenta al conflictuado Rey de Copas.
Nota publicada por e diario La Nación
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