El brusco descenso del Brent, que en lo que va de septiembre cayó un 10% y este martes perforó la barrera de los US$ 70 por primera vez desde 2021, podría decantar en una baja del precio local del crudo a partir de octubre. El gobierno podría aprovechar ese escenario para actualizar los impuestos a los combustibles, que aún permanecen atrasados, con el fin de fortalecer el frente fiscal.
El cobro del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) fue el amortiguador o el buffer que utilizó el gobierno anterior para acentuar, por razones políticas, el atraso del precio de los combustibles durante la campaña presidencial del año pasado. En rigor, para mantener un precio bajo en términos reales de las naftas y gasoil durante todo su mandato, la administración de Alberto Fernández fue pateando hacia adelante la actualización por inflación del ICL y del impuesto al dióxido de carbono. Entre ambos tributos pueden explicar hasta un 0,5% del PBI, pero como los impuestos —que se expresan en pesos— corrieron muy por detrás de la inflación el Estado dejó de recaudar unos US$ 5000 millones entre 2021 y 2023.
A través del decreto 107/2024 publicado en enero, el gobierno de Javier Milei trazó un sendero gradual para recuperar el importe pleno del ICL con el objetivo de mejorar la recaudación fiscal del Tesoro. No obstante, para no alterar el programa de reducción de la inflación, el Ministerio de Economía postergó en los últimos meses la recuperación total del atraso del ICL que heredó del gobierno pasado.
Lo que falta
Según cálculos de la consultora Economía y Energía, que dirige Nicolás Arceo, publicados después del aumento de principios de este mes, el litro de nafta aún debería aumentar, en promedio, unos 189 pesos en el surtidor para recuperar el ICL que aún permanece desactualizado. Es una cifra no desdeñable: representa casi un 15% del precio final en las estaciones de servicio. En el caso del gasoil, el importe promedio debería aumentar 111 pesos, cerca del 10% del precio que se paga en surtidor.
Los porcentajes están calculados sobre la base de un precio del crudo Medanito de 68/70 dólares que es lo que las refinadoras —Raízen, Axion Energy, Trafigura (Puma) e YPF— pagaron en agosto a productores no integrados de crudo, como Vista, Pluspetrol, Chevron y Tecpetrol y Phoenix, entre otros. Pero la brusca caída del precio internacional del petróleo cristalizada esta semana podría alterar el escenario del negocio de forma significativa.
El litro de nafta aún debería aumentar, en promedio, unos 189 pesos en el surtidor para recuperar el ICL que aún permanece desactualizado
Para abajo
El precio del Brent, la cotización del Mar del Norte, que funciona como marcador del comercio internacional del crudo en buena parte de Occidente, cayó este martes por primera vez por debajo de los 70 dólares desde agosto de 2021, aún a la salida de la pandemia por el Covid. El precio del barril llegó a rozar los 120 dólares a mediados de 2022, aunque entre 2023 y lo que va a 2024 se estabilizó entre los 70 y 80 dólares. Eso cambió en los primeros 10 días de septiembre, dado que el Brent sufrió este mes una baja del 10% y ayer cerró en 68,40 dólares. Con el barril internacional en ese valor, el precio de paridad de exportación —el export parity o el valor neto del crudo después de descontar el impacto de las retenciones a la exportaciones (fijadas en el 8% del Brent) y el costos de flete— se ubicaría en torno a los 62/63 dólares; es decir, casi un 10% menos que el precio que cobraron los productores de crudo Medanito en agosto.
¿Cómo impactará en el mercado local la fuerte baja del Brent? Aún es temprano para hacer cuentas. Lo prudente es esperar a ver qué sucede en las próximas tres semanas del mes. Pero si el descenso pronunciado del Brent —que se explica, según analistas internacionales, por el menor crecimiento económico de China y en menor medida de EE.UU.— se consolida, es seguro que eso terminará traccionando un descenso del precio local del petróleo.
¿Qué decisión tomará el gobierno frente a ese escenario? ¿Podría acelerar la liberación total del mercado de petróleo validando un precio de paridad de exportación? Es lo que profesa orgánicamente el gobierno de La Libertad Avanza, aunque en los hechos la imposibilidad de establecer hasta ahora, por la alta cotización del Brent, al export parity como referencia del crudo local imposibilitaba ese objetivo.
Frente fiscal
En materia fiscal, una baja del precio del petróleo podría abrirle al Gobierno una ventana de oportunidad para llevar el valor del los impuestos a los combustibles a lo que está establecido en la regulación sin que eso implique subir demasiado el precio de las naftas y gasoil en surtidor. Según los cálculos de Economía y Energía, el Estado dejó de recaudar US$ 237 millones durante septiembre por no cobrar el precio pleno del ICL y del impuesto al CO2. La caída del precio del petróleo podría abrirle una puerta a recuperar algo de ese dinero a partir de octubre. Pero de nuevo, la clave es esperar hasta conocer la tendencia del barril internacional.
En lo inmediato, fuentes del mercado de downstream consultadas por EconoJournal indicaron que si el Brent se estabiliza cerca de los 70 dólares no podrán seguir pagando 68 dólares por el crudo Medanito como en agosto porque el margen bruto de refinación se resentirá por la caída del precio de derivados del crudo atados al valor del Brent como naftas vírgenes, búnker para barcos y jet fuel para aviones.
Renegociación
“Si el Brent se estabiliza por debajo de los 70 dólares, deberíamos pagar más de 65 o 66 dólares por el crudo liviano local (el pesado que se extrae en el Golfo San Jorge es más caro) para mantener la carga de la destilería. El margen ya venía en baja en los últimos meses porque el gobierno pisó los aumentos en surtidores (el Ministerio de Economía empezó a ralentizar a partir de abril las subas en surtidor para mitigar las expectativas de inflación). Y esta acentuación de la caída del Brent le pega a productos que se exportan o con precios fijados al Brent”, explicó una de las fuentes consultadas. En cualquier caso, lo más probable, si el Brent se ameseta un escalón por debajo de la cotización que tenía hasta fines de agosto, es que decante en una renegociación entre refinadores y productores para acomodarse a la nueva realidad de precio. Habrá que ver si el Estado puede arbitrar también en esa negociación para actualizar el valor del ICL y de ese modo, recuperar el aposte fiscal del tributo.
Nota publicada por EconoJournal
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