top of page
Foto del escritorEmiliano Damonte

El engañoso método de compensar emisiones de CO2 plantando árboles

La crisis climática cada vez más urgente ha provocado un auge de las plantaciones comerciales de árboles en un intento de compensar el exceso de emisiones de carbono. Pero estas plantaciones de compensación de carbono tienen costos para la biodiversidad y otras funciones de los ecosistemas.


Los monocultivos de áboles implican una importante pérdida de biodiversidad y ecosistemas


 


Compensar emisiones de CO2

El método de compensar emisiones de CO2 plantando árboles esconde mil problemas y termina generando la ilusión de estar resolviendo un problema, mientras se están creando otros mil. A pesar de la amplia gama de funciones y servicios ecosistémicos proporcionados por los ecosistemas tropicales, la sociedad ha reducido el valor de estos ecosistemas a una sola métrica: el carbono.

Esto lo escriben los autores, dirigidos por Jesús Aguirre-Gutiérrez del Instituto de Cambio Ambiental en la Universidad de Oxford. «La política no deberían promover la degradación de los ecosistemas a través de plantaciones de árboles con una visión limitada de la captura de carbono».

Los ecosistemas tropicales, que incluyen bosques, pastizales y sabanas, son sitios atractivos para las plantaciones de árboles. Porque su clima y sus características físicas promueven un rápido crecimiento de los árboles. Lo que significa una rápida captura de CO2.


Degradar para forestar

Aunque algunas plantaciones de árboles implican la reforestación de tierras degradadas, en muchos casos implican lo contrario. Se plantan bosques en regiones no degradadas y previamente desforestadas, como los pastizales.

A menudo se supone que la plantación de árboles para capturar CO2 también beneficia a la biodiversidad y mejora los beneficios socioeconómicos. Pero los autores sostienen que normalmente no es así.

Los ecosistemas tropicales tienen una gran biodiversidad y brindan múltiples servicios ecosistémicos, como el mantenimiento de la calidad del agua, la salud del suelo y la polinización.

En comparación, las plantaciones para captura de carbono suelen ser monocultivos. Y están dominadas globalmente por solo cinco especies de árboles (teca, caoba, cedro, roble sedoso y acacia negra) que se cultivan para obtener madera, pulpa o agrosilvicultura.

Aunque estas plantaciones pueden ser valiosas económicamente, por lo general sustentan un nivel más bajo de biodiversidad. Por ejemplo, en la sabana del Cerrado brasileño, un aumento del 40% en la cubierta leñosa redujo la diversidad de plantas y hormigas en aproximadamente un 30%. Estas plantaciones también pueden degradar directamente los ecosistemas al reducir el flujo de los arroyos, agotar las aguas subterráneas y acidificar los suelos.


Los ecosistemas sanos son sumideros naturales

Los autores sostienen que incluso los compromisos ambiciosos con las plantaciones de captura de carbono tendrán una capacidad limitada para capturar carbono. «La tendencia actual de plantar árboles centrados en el carbono nos está llevando por el camino de la homogeneización biótica y funcional a gran escala con poca ganancia de carbono», escriben los autores. «Se tendría que forestar una superficie equivalente a la superficie total sumada de EEUU, Reino Unido, China y Rusia para secuestrar un año de emisiones».

Y los pastizales y sabanas tropicales ya son sumideros de carbono. Cuando están intactas, almacenan grandes cantidades de carbono bajo tierra. A diferencia de las plantaciones de árboles que capturan carbono, que predominantemente almacenan carbono en la superficie, estos sumideros de carbono subterráneos (que se perderían si se reforestaran) son menos susceptibles a perturbaciones como la sequía y los incendios.

Los autores dicen que existen considerables incentivos financieros para que las empresas privadas compensen sus emisiones de dióxido de carbono invirtiendo en su captura. Y que el auge de las plantaciones con ese objetivo está siendo impulsado por el dinero, no por la ecología.


Priorizar la vida

En comparación con parámetros como la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, el carbono es fácil de medir y monetizar. Pero enfatizar demasiado los beneficios de la plantación de árboles para la captura de carbono “puede desincentivar la protección de ecosistemas intactos. Y puede conducir a compensaciones negativas entre el carbono, la biodiversidad y la función de los ecosistemas”, escriben los autores.

En lugar de centrarnos en la plantación comercial de árboles, los autores dicen que deberíamos preservar los ecosistemas intactos. “Se debe priorizar una visión global sobre el mantenimiento del funcionamiento original del ecosistema. Y la maximización de tantos servicios ecosistémicos como sea posible. Por encima del enfoque económico actual de los proyectos de captura de carbono”, escriben. La falacia de emitir CO2 y compensarlo plantando árboles.


Referencia: artículo publicado en Trends in Ecology & Evolution.



コメント


bottom of page