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Foto del escritorEmiliano Damonte

Destitución de la Fiscal Goyeneche: catástrofe institucional

La Fiscal Goyeneche desnudó una matriz de corrupción, una maquinaria de extracción de fondos de las arcas del Estado que es característica de una manera de hacer política. Los dejó a todos en bolas frente a las cámaras, y no se lo perdonaron.

Por Emiliano Damonte Taborda


La Fiscal Cecilia Goyeneche, destittuida por el buen desempeño de sus funciones


 

Cuando hace más de un año atrás en una conversación de redacción Guillermo Pérez comentaba el ataque que se veía venir contra la Fiscal que llevaba adelante las causas por corrupción más pesadas en la provincia de Entre Ríos, personalmente pensé, como solía pensar hasta hace no mucho tiempo, que la Republica tendría sus mecanismos para protegerla.

Una reacción orgánica

Revisar solo alguna de las decenas de notas publicadas en Redes de Noticias sobre el tema, es repasar la historia reciente del deterioro institucional de la provincia de Entre Ríos, la historia si se quiere, de la reacción orgánica de un poder político que se vio acorralado. No se pueden permitir otra Fiscal Goyeneche.

Una herida de muerte a la corrupcón

Es que la Fiscal Goyeneche abrió una herida de muerte en una manera de hacer política que fue una verdadera marca de época. Hoy vemos algunas causas que se relacionan con ese periodo, de las cuales la “Causa Vialidad” es la más importante, pero paralelamente vemos emerger con violencia la reacción del poder político, expresada con brutalidad en el intento de juicio político a la Corte Suprema, pero en ningún caso manifestada de modo más obsceno que en el jury y la destitución de la Fiscal Cecilia Goyeneche.

Mensaje mafioso

Hemos hablado decenas de veces del mensaje aleccionador que trae la cacería de la que fue víctima la destituida Fiscal entrerriana. Gustavo Bordet, Angel Giano, Sergio Uribarri y un Supremo Tribunal vasallo de la política, casi de la familia, se llevaron puesta a la FIscal que enterró el cuchillo con más fuerza que nunca antes en la historia, en la corrupción del aparato político en la provincia.

Es que lo que dejó a la vista Goyeneche, no fue un hecho aislado, no fue un funcionario corrupto que perdió el rumbo y cometió un ilícito. La Fiscal Goyeneche desnudó una matriz de corrupción, una maquinaria de extracción de fondos de las arcas del Estado que es característica de una manera de hacer política. Los dejó a todos en bolas frente a las cámaras, y no se lo perdonaron.

Destituida por su buen desempeño

Guillermo Pérez @diarionot repite siempre, que Cecilia Goyeneche es “la fiscal destituida por el buen desempeño de sus funciones”. Es claro que si la Fiscal anticorrupción se hubiese dedicado a calentar la silla, tenía cargo para toda una vida.

En estos días se terminó de perpetrar el golpe. Hoy Cecilia Goyeneche no percibe sueldo alguno. La semana pasada, el máximo tribunal provincial (con una conformación ad hoc: Miguel Giorgio, Leonardo Portela, Jorge Pirovani, Germán Carlomagno y Susana Medina; y los jueces Gervasio Labriola, Paola Firpo, Walter Carballo y Alejandro Grippo) emitió su fallo convalidando lo decidido por el Jurado de Enjuiciamiento. Otra obscenidad judicial perpetrada, ante la que nadie, por ahora, ha sido capaz de poner un límite.

Reflexión final

Entre Ríos está en campaña, como todo el país, tal vez sea hora de que los entrerrianos empiecen a pedirle su opinión respecto a la situación de la Fiscal Goyeneche a los candidatos de las varias fuerzas en pugna. La relación con la justicia es un indicador moral inequívoco.

Personalmente soy optimista respecto al futuro de la FIscal, optimista de un optimismo pertinaz, que poco entiende de evidencias. Creo todavía que la Corte Suprema terminará poniendo orden donde hasta ahora ha reinado el atropello y el vasallaje. No caben dudas de que la carga del kirchnerismo contra el Supremo Tribunal de la Nación ha complicado los tiempos de la reacción a favor de Goyeneche. Y creo, obstinadamente, porque si sucediera lo contrario, y la FIscal terminara destituida de su cargo de manera definitiva, el golpe a la institucionalidad sería monumental.

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