El lunes amanecimos con un incremento del 3% en el precio de los combustibles que buscó compensar el alza del costo de los biocombustibles. Tas la victoria de Sergio Massa, según informan sitios especializados y fuentes de YPF, hay expectativa de que se autorice otro aumento en los precios al surtidor (se habla de un 10%), buscando reducir el atraso que a hoy alcanza el 40%. Los sectores técnicos del Ministerio de Economía se manifiestan a favor del aumento antes del ballotage mientras que se analiza el impacto político que podría tener un aumento y el que tendría una profundización del desabastecimiento
El atraso de los precios al surtidor ronda el 40%
Acuerdo insostenible
El acuerdo que hizo Massa con las petroleras el día después de las PASO implicó un congelamiento de los precios hasta el 31/10. La trepada inflacionaria y el aumento de los precios internacionales del petróleo hicieron crujir el congelamiento a tal punto que aún no habiendo llegado a la fecha, se hizo indispensable aumentar un 3% buscando compensar los costos del biocombustible, que se sumaron a la extensa lista de factores que presionan al alza de los precios.
Expectativa de aumento de combustibles
Así las cosas y tras la importante victoria en las elecciones del Ministro de Economía, los sectores técnicos del ala energética del Gobierno, esperan y recomiendan que se le de luz verde a las petroleras para algún aumento del precio al surtidor que empiece a compensar el atraso, que al día de hoy ronda el 40 % y que viene comprometiendo de manera creciente el abastecimiento de naftas y gasoil en todo el país.
Dilema de Massa
Sergio Massa se encuentra en un dilema. Si actúa como candidato, la tentación de extender el congelamiento de precios hasta el 19 de noviembre podría ser grande, aún considerando que corre el riesgo de profundizar un desabastecimiento que por ahora no había pasado a mayores. En cambio si actúa como Ministro de una economía que necesita urgente estabilización, debería ceder al menos en parte (se habla de un 10%) y comenzar a regularizar los precios bajando así la presión sobre los costos de producción de las petroleras y dándole oxigeno a toda la cadena.
Es claro que un aumento de los combustibles generará malestar, pero podría también ser interpretado como un gesto de responsabilidad de cara a lo que se viene. Por otro lado, la profundización del desabastecimiento tendría consecuencias políticas tal vez aún más graves y difíciles de asimilar de cara al ballotage del 19 de noviembre.
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